Ponte en las manos de Dios en los momentos más delicados de la vida. Puedes acompañar tu "adhesión" a su voluntad con esta oración de las Hermanas Paulinas. La invocación se encuentra en el libro "Las oraciones de la Familia Paulina" de Paolo Lanzoni (editado en italiano por el Instituto Sagrada Familia).
Oración
Qué me va a pasar hoy, Dios mío, no lo sé.
Todo lo que sé es que nada me sucederá que Tú no hayas previsto y dirigido para mi mayor bien desde toda la eternidad. Esto solo me basta.
Adoro tus designios eternos e impenetrables,
me someto de todo corazón por tu amor
te ofrezco en sacrificio todo mi ser
y lo uno al de Jesús, mi divino Salvador.Te pido, en su nombre y por sus infinitos méritos, la
paciencia en mis tribulaciones y la perfecta sumisión,
para que todo lo que Tú quieras o permitas que suceda, sirva para tu mayor gloria y mi santificación.
Atribuido a Isabel de Francia
La oración se atribuye a la princesa Isabel de Francia (1764-1794), hermana de Luis XVI.
Detenida con toda la familia real francesa en 1791 y encarcelada durante el Terror, fue guillotinada por la correspondencia que mantenía con el mundo exterior desde la prisión, a través de su confesor, el abad irlandés De Firmont. Probablemente fue de este sacerdote de quien nos ha llegado la oración de la princesa.
La devoción del beato Alberione
El beato Giacomo Alberione , fundador de los paulinos, se percató de este hermoso acto de sumisión a la voluntad de Dios.
Y su secretario Don Antonio Speciale testimonia en el Diario que el Primer Maestro "lo guardaba en el cajón de la mesa de su despacho, impreso en un imagen, y tal vez la recitaba todos los días".
Fue incluido en el manual Oraciones de la Familia Paulina de 1960.
Es una oración con la que podemos expresar nuestra auténtica adoración a Dios, declarando que nos adherimos a su voluntad, de acuerdo con el voto de obediencia que hicimos el día de nuestra consagración a Dios.
Dios no nos abandona en los momentos dolorosos
Las Hermanas Paulinas explican que esta oración surge de la dificultad de reconocer la voluntad de Dios en los acontecimientos que nos suceden en la vida; especialmente en los dolorosos, pero muchas veces también en los que son habituales y cotidianos.
Esta oración en cambio nos pone frente a la evidencia de que Dios nunca se aleja de nosotros, y que nunca debemos olvidar que vivimos en su presencia.
Antídoto contra la secularización
Pensamos que nuestra vida cotidiana sigue sus propias leyes, mientras que nuestra relación con Dios sigue otras: así lo sugiere nuestro mundo secularizado.
Y así sucede que de vez en cuando y sólo en momentos muy puntuales Dios se asoma a nuestra vida.
Las paulinas: con esta oración pedimos a Dios "paciencia"
¿Qué le pedimos a Dios con esta oración? Las paulinas señalan que pedimos paciencia en las cosas difíciles y que todo suceda para la gloria de Dios.
Pedimos la capacidad de continuar con nuestros días con paciencia, sin desesperarnos, sin quejarnos demasiado en dificultades y adversidades.
Y sobre todo pedimos que cada acontecimiento que vivimos manifieste la gloria de Dios: "No nos des gloria a nosotros, Señor, sino a tu nombre".