El pontífice, de 86 años, pareció alentar el camino aislado de Hungría, un país europeo que aboga por una resolución diplomática de la guerra entre Rusia y Ucrania. Saludando al país por sus políticas familiares en una Europa donde algunos promueven la "cultura de género" o el aborto, el Papa Francisco también denunció el "populismo autorreferencial" y subrayó la necesidad de acoger a los migrantes.
Después de haber hablado a puerta cerrada con la presidenta de la República húngara Katalin Novák -25 minutos- y luego con el primer ministro húngaro Viktor Orbán -20 minutos-, el Papa Francisco habló, de pie durante 20 minutos, ante las autoridades del país y el cuerpo diplomático reunidos en el antiguo Carmelo que alberga la sede del gobierno, en el corazón de la capital húngara.
Más de un año después de la invasión de Ucrania por las tropas rusas y mientras las perspectivas de paz son inexistentes -Kiev se prepara para llevar a cabo una contraofensiva en primavera-, el Papa Francisco ha optado por alertar desde Budapest a las mentes europeas.
Esta "ciudad de los puentes", que vivió "dictaduras nazis y comunistas", tiene, según el Papa, "la misión de custodiar el tesoro de la democracia y el sueño de la paz". Esta capital en el corazón del continente "recuerda el camino unitario emprendido por Europa, en el que Hungría encuentra su cuna vital", subrayó, antes de deplorar el "triste ocaso del sueño coral de paz" y de la "política comunitaria" para beneficio de los "solistas de guerra".
Sin embargo, advirtió el jefe de la Iglesia Católica, "la paz nunca vendrá de la búsqueda de intereses estratégicos particulares". Y subrayó que, en este "momento histórico", es "imprescindible redescubrir el alma europea", ese "entusiasmo y el sueño de los padres fundadores, de los estadistas que supieron mirar más allá de su tiempo, más allá de las fronteras nacionales y necesidades inmediatas, mediante la aplicación de una diplomacia capaz de reparar la unidad y no ampliar las divisiones”.
Trazando un paralelismo entre la "variedad notable" de las circunscripciones de Budapest y "la Europa de los veintisiete", el Papa reiteró que esta unión que crea puentes entre las naciones "necesita la contribución de todos" y debe ser "un todo que no no aplanar las partes”.
Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, Hungría ha defendido el cese de los combates y la resolución del conflicto a través de la conciliación. El Gobierno de Viktor Orbán se ha negado a enviar o financiar armas a Ucrania, actitud criticada por otros Estados miembros.
Antes de hablar, el Papa Francisco escuchó el llamado de la presidenta Katalin Novák. "Aquí en Budapest, les pedimos que por favor intercedan personalmente por una paz justa lo antes posible", había suplicado, asegurando que "nosotras, las madres, queremos ante todo ganar la paz y no la guerra; no queremos enviar a nuestros hijos y esposos al frente". El presidente instó al Papa a hablar "a Kiev y Moscú, a Washington, a Bruselas, a Budapest y a todos aquellos sin los cuales no puede haber paz".
El Papa critica el 'derecho sin sentido al aborto'
Si denunció los "populismos autorreferenciales", el Papa Francisco también lamentó el "supranacionalismo abstracto [y] olvidadizo de la vida de los pueblos" que se destila en Europa. "Es el camino nocivo de las 'colonizaciones ideológicas' que eliminan las diferencias, como es el caso de la llamada cultura de género", dijo.
Criticando de paso el "loco derecho al aborto", el Papa, por el contrario, acogió con satisfacción el hecho de que Hungría estaba aplicando "cuidadosamente" políticas "eficaces para la tasa de natalidad y la familia". También en este punto, este país centroeuropeo es señalado regularmente por los miembros de la Unión Europea, como el pasado mes de septiembre, cuando un decreto húngaro endureció la ley sobre el aborto.
Europa debe construir "vías seguras y legales" para los inmigrantes
El Papa Francisco también quiso recordar a las autoridades del país la necesidad de cuidar a los más pobres y especialmente a los migrantes, un tema de discordia entre el pontífice y el jefe del gobierno húngaro durante la crisis migratoria de los Balcanes a mediados de la década de 2010. .
Citando la constitución del país: "declaramos que la asistencia a los necesitados y a los pobres es una obligación". El Papa Francisco también convocó a San Esteban, el padre de la nación húngara, quien escribió: "un país que no tiene un idioma y una costumbre es débil y decadente. Por eso os recomiendo que acogáis a los extranjeros de buena gana y los tengáis en cuenta con honor, para que prefieran quedarse en casa y no en otra parte".
Reconociendo que el tema migratorio dio "mucho debate" y fue "complejo", abogó por que se aborde el tema "sin excusas ni dilaciones". Se cuidó de recalcar que había que responder "comunidad". Por ello, es "urgente, como Europa, trabajar en formas seguras y legales" para responder al "desafío histórico que no se puede superar con el rechazo".
El resto del programa del día
Tras este primer discurso -de cinco- del Papa Francisco en Hungría, el jefe de la Iglesia católica fue trasladado a la Nunciatura Apostólica de Budapest, donde permanecerá hasta el domingo.
En 2021, el Papa Francisco ya había pronunciado un discurso ante los obispos de Hungría antes de la celebración de la misa de clausura del Congreso Eucarístico Internacional.