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El mes de mayo suele asociarse con la Virgen María. Y Juan Morales Montero, de larga trayectoria en cuanto a la música católica y cuya historia pudiste conocer en Aleteia, no podía renunciar en un tiempo tan especial a su amor especial a la Virgen María.
Según confesó Juan a Aleteia, ya hace mucho tiempo que había musicalizado y «El Magníficat» –famoso cántico de acción de gracias que aparece en el Evangelio y que pronunció María cuando visitó a su prima Isabel- y hasta lo había cantado en algunos eventos artísticos. Sin embargo, paulatinamente se fue dando cuenta «de la gran aceptación de la gente con respecto a esta canción».
«Así que fui acrecentando la idea de producirla profesionalmente, hasta que llegó el día, lo decidí y procedí con mi equipo de producción a grabarla con la orquestación completa, como ahora la tenemos. Creo quedó muy bonita, gracias a Dios», subrayó Juan.
¿Por qué la elección de instrumentos andinos?
«El Magníficat» de Juan guarda la particularidad de haber sido musicalizada con instrumentos andinos, que de alguna manera son su debilidad, tal cual reconoce. Pero también deja traslucir una impronta latinoamericana a esta versión del famoso cántico de María.
«En mis producciones, desde el inicio mismo de mi camino de cantautor, siempre incluí una que dos canciones folklóricas o de corte latinoamericano. Quenas, zampoñas, charangos, guitarras, bombos y demás… Me instalan en un universo de larguísima historia, costumbres, tradiciones y fe. La historia de mi hermoso y diverso continente latinoamericano», sostiene Juan.
«Es como saber de dónde vengo y lo que soy: un hijo de esta tierra de montañas y cordilleras, de páramos y valles… Cantar a María de esta forma de ser y de existir es, indudablemente, algo único y hermoso. Así lo pensé. Ella (María) es Madre de esta tierra y de estos hijos e hijas que la veneramos y la amamos particularmente como nuestra, sencilla, pobre y morena», agrega.
Así suena:
Más canciones a María
Juan se animó a realizar una breve reflexión sobre la Virgen María y lo que representa en su vida: «María es el «evangelio de amor» al que siempre quise cantar y, por supuesto, canto. Ninguna de mis producciones musicales salió sin dos o al menos una canción mariana».
«Creo que ya he compuesto alrededor de 50 canciones marianas. Algunas con gran trascendencia, como “Eres María el amor” que ha sido grabada y cantada por muchísima gente de uno y de otro lado, incluso, de otro continente», prosigue.
«Siento que es el aspecto que más me hace sentir católico, como tener un sello de identidad», enfatiza.
«Una irrenunciable vocación mariana»
Por último, Juan recordó que su madre ha enseñado desde muy niños tanto a él como a sus 10 hermanos a ser devotos de María y que les hacía rezar el rosario todos los días a las 5.30 am.
«Además, nací en una ciudad pequeña que queda a tres horas de Quito, capital del Ecuador: Baños de Agua Santa, que es un Santuario Mariano Nacional llamado Santuario de Nuestra Señora del Rosario. Ahí mamá nos llevaba todos los domingos y nos enseñaba a ponernos bajo el amparo de la Madre de Dios», relata.
«Me gusta rezar el rosario con mucha frecuencia. En ocasiones especiales, hasta dos veces al día. Me da paz, serenidad y confianza. Ante un mundo de velocidad incontenible, rezar el rosario me resulta como entrar en un oasis escapando de la tormenta. Eso es a lo que yo llamo “mi irrenunciable vocación mariana hecha canción”», afirma.
«Espero que este “Magníficat” trascienda fronteras y avive la fe de tanta gente agobiada y aturdida por un mundo de ruido, vacío de fe y de esperanza», finaliza.