Cuando se es joven es fácil pensar en la vejez como algo súbito y distante, pero lo cierto es que se trata de un proceso gradual; sin embargo, llegar a anciano nunca implicó tanta presión social como en la actualidad.
Hoy el termino «viejo» es un adjetivo culturalmente utilizado para definir a las personas que, cronológicamente, han crecido en edad, pero no para resaltar que esta persona está llena de sabiduría y experiencia.
Crecer para transformarnos
Todo ser vivo, desde el momento en que nace, envejece día a día. Todos crecemos, aprendemos y cambiamos; sin embargo, al definir a las personas que han hecho un gran trayecto de vida —pasando desde la infancia hasta la ancianidad— debemos considerar los grandes regalos que les ha dado su experiencia de vida: sabiduría, formación y vivencias.
Aleteia consultó a la maestra Rocío Zarate, una mujer que, desde su testimonio, nos comparte, con los siguientes versos, cómo ha sabido afrontar esta nueva etapa de su vida:
«Es muy importante que crezcamos en conocimiento sobre nuestra transformación. No por tener más edad tenemos menos capacidad, menos habilidades o menos intereses.
Si bien es cierto que, biológicamente, tenemos deterioro físico por los cambios vividos, por los años dedicados al trabajo, a la familia y a la sociedad; también es cierto que podemos vivir hasta el último día con capacidades intelectuales, emocionales y espirituales al cien, en la conciencia de la experiencia de vida, que la formación nos aporta.
Todo hombre y mujer que llegue a esa edad de oro de 6o o más años no debe quedarse estático, debe seguir aprendiendo día a día, involucrándose en la tecnología, en el habito de la lectura, en el aprendizaje de los temas de actualidad.
Vive tu etapa en plenitud
Ahora ya tiene tiempo de realizar su afición favorita o de estudiar la carrera universitaria que siempre quiso hacer; son muchas las opciones y diversas las maneras de seguirse formando y estar activo.
Ya formó, ya educó, ya se debe a sí mismo; a los nietos, amarlos, abrazarlos, pero no ser cuidadores; ser testimonio y ejemplo, pero educar es responsabilidad de los padres.
Los abuelos debemos vivir en plenitud, reconociendo el desgaste físico natural, pero en óptimas condiciones mentales y espirituales; siendo autosuficientes —hasta donde físicamente sea posible— y, si es necesario, pedir ayuda en situaciones de discapacidad física, pero lo mental y emocional es solo tarea de uno mismo.
La nueronas no se mueren
Las neurociencias han aportado nuevos conocimientos sobre la mente humana. Ramón y Cajal, el Premio Nobel español de neurociencias que se adentro en el cerebro, nos dice que las neuronas cerebrales no se mueren y que se pueden restablecer o restaurar de la manera más sencilla: viviendo con optimismo».
Por lo tanto, ¿cómo ganar años de manera consciente? La maestra Rocío nos da estos 7 sencillos consejos:
1. Vive con optimismo
Esperar el día a día como la mayor oportunidad de disfrutar de la vida.
2. Comparte con tu pareja
La sexualidad se muere hasta que la persona deja de existir.
3. Haz cosas que te pongan de buen humor
Baila, canta, escucha música, haz ejercicio, etc.
4. Reúnete con tus amigos
Hablar con los amigos, reunirse con ellos periódicamente para revivir los buenos momentos, compartir los intereses en común, los consejos, las buenas pláticas; o disfrutar de la comida favorita son algunas de las cosas que le hacen bien al corazón.
5. Piensa positivo
Evocar recuerdos de la infancia y juventud que nos dieron mucha felicidad y alegría, no darle lugar a lo recuerdos negativos.
6. Pon a trabajar la mente
Arma rompecabezas, crucigramas, sopa de letras, contesta cuestionarios, mira fotografías y relata su historia.
7. Sobre todo, fortalece tu relación de amistad con Dios
Haz oración, acércate a los sacramentos; incluso puedes participar en algún apostolado que te ayude a estar más cerca de Dios.