Aunque en el ámbito de los museos, archivos y bibliotecas poco a poco se va imponiendo la estrategia de conservación —al menos como planteamiento teórico asumido por la mayoría de los profesionales de la conservación de los bienes culturales— existe una parte muy importante de nuestro patrimonio cultural que se encuentra depositada en iglesias, ermitas y monasterios.
Asesorados por profesionales, hombres y mujeres de estos monasterios son conscientes de la necesidad de conservar y cuidar estos tesoros, ya que forman parte de la historia de sus órdenes y del Patrimonio Cultural español.
La Fundación DeClausura ayuda a que los monasterios y conventos puedan mantener este inmenso bien para la cultura, a través de donativos. Esta fundación tiene como misión dar a conocer la razón de ser, la belleza y la importancia de la vida contemplativa y ayudar al sostenimiento de los monasterios y conventos de clausura. Parte de este sostenimiento se enfoca en ayudar a las comunidades contemplativas a cuidar de su inmenso patrimonio, costoso y de gran valor cultural y espiritual.
Los monasterios en España
Los monasterios en España se distribuyen, principalmente, en la mitad norte del país, en consonancia con el discurrir histórico de la zona en la Edad Media, cuando tuvieron un papel clave en la repoblación y la reconquista.
Su presencia en la península data de los siglos VI y VII, cuando la primitiva vida eremítica dio lugar a la formación de pequeños monasterios hispanos, algunos de los cuales evolucionaron hacia un estilo mozárabe.
A partir del siglo XI, con la llegada de los Benedictinos de Cluny, se inició una segunda fase de construcción y reforma de los cenobios, que adoptaron las nuevas órdenes religiosas: Císter, órdenes militares, Premostratenses, Cartujos, Jerónimos, Agustinos, Camaldulenses y mendicantes. En el siglo XVII, se produjo una eclosión de conventos urbanos que reflejaron el auge de la espiritualidad barroca.
Los monjes y monjas han dejado su huella en el patrimonio artístico de los monasterios, tanto en las dependencias arquitectónicas como en las piezas de escultura, pintura y orfebrería, entre otras.
Les damos unos ejemplos que no debe dejar de visitar:
1Monasterio de San Millán
El Suso — Monasterio de San Millán, en La Rioja, podría ser considerado el más antiguo de España. Este monasterio se sitúa en el Valle del Río Cárdenas, junto con el Monasterio de Yuso, y ambos son Patrimonio de la Humanidad. El Monasterio de Suso se fundó en el siglo VI, sobre las grutas que habitaron los eremitas discípulos de San Millán. Es un edificio sencillo y austero que conserva elementos visigodos, mozárabes y románicos. En él se encontraron los primeros testimonios escritos del castellano y del euskera.
2Monasterio Real de San Lorenzo
De los Agustinos, el R. Monasterio San Lorenzo de El Escorial (Madrid), fue mandado construir por Felipe II para conmemorar la victoria en la batalla de San Quintín. Es el monasterio más grande e importante de España y posee también las funciones de palacio y templo. Su planta tiene la forma del atributo de san Lorenzo mártir, la parrilla. En su interior se conservan obras maestras del arte renacentista español, como el retablo mayor de la basílica o el Panteón de los Reyes.
3Monasterio de Tulebras
De las Monjas Cistercienses, el Monasterio de Tulebras (Navarra), fue la primera fundación femenina del Císter en los reinos hispanos. Las monjas que lo habitaron desde 1157 hasta hoy han ido dotando al cenobio de obras de arte relevantes, como el retablo pictórico de san Juan Bautista (c. 1530), ejemplo sobresaliente de pintura renacentista navarra; o las bóvedas nervadas del siglo XVI que cubren parte de la iglesia abacial. Con objeto de hacer accesible al público las obras que atesora el cenobio se creó un museo en el que se exhiben las piezas donadas por las monjas y sus familiares a lo largo de los siglos.
4Real Monasterio de Santa María de Guadalupe
El Real Monasterio de Guadalupe (Cáceres) fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993. Este monasterio fue fundado en el siglo XIV por el rey Alfonso XI tras una aparición mariana. En su interior se aprecian los estilos gótico, mudéjar, renacentista, barroco y neoclásico. Destaca la imagen románica de la Virgen de Guadalupe, patrona de Extremadura y de Hispanoamérica; el retablo mayor plateresco; el claustro mudéjar; o el camarín barroco.
Estos son solo algunos ejemplos del rico patrimonio artístico que los monjes y monjas han cuidado y engrandecido dentro de España. Su labor es digna de reconocimiento y admiración, pues han sabido conservar y transmitir un legado cultural que forma parte de nuestra identidad.