"Mientras en Ucrania y en otras partes del mundo hay combates, y en algunas habitaciones escondidas se planea la guerra, la JMJ ha mostrado a todos que otro mundo es posible", dijo el Papa Francisco durante la audiencia general del 9 de agosto de 2023. El Pontífice alabó el mensaje enviado por las "banderas de todos los pueblos" que ondearon en las calles de Lisboa "juntos, codo con codo, sin odio, sin miedo, sin cerrazones, sin armas".
En su primera audiencia general desde junio, el Papa habló extensamente de los cinco días que pasó en la capital portuguesa, del 2 al 6 de agosto, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. En particular, habló de su visita a Fátima, durante la cual explicó que había consagrado a los jóvenes, a Europa y al mundo "al Corazón Inmaculado de María", y rezado a la Virgen María para que "cure al mundo de las enfermedades del alma".
La JMJ, explicó el Pontífice, es una oportunidad para que los jóvenes de todo el mundo "descubran que están llamados por la gracia a formar parte del pueblo de Dios, un pueblo diferente, sin territorio, lengua o nacionalidad". El Papa alabó el "ambiente festivo" propiciado por la "oleada de jóvenes" que le dieron la bienvenida, invadiendo "pacíficamente" Lisboa.
El Papa Francisco también destacó la presencia de grupos de jóvenes ucranianos que portaban sus "dolorosas historias", y recordó el impacto tan negativo que la pandemia ha tenido en los jóvenes en los últimos años. Frente a este gran sufrimiento, "Dios ha echado una mano en sentido contrario" con la JMJ, dijo, lanzando un "nuevo comienzo para la gran peregrinación de los jóvenes a través de los continentes".
Por último, el Pontífice agradeció calurosamente a los 25.000 voluntarios, a los organizadores, al Patriarcado de Lisboa, a todos los obispos portugueses y al Presidente de Portugal. Invitó a todos los peregrinos y visitantes que habían acudido al Aula Pablo VI a unirse a él en la oración a la Santísima Virgen por Portugal.