"Que nuestra Madre, que ha subido al cielo, nos ayude a subir cada día un poco más alto mediante el servicio y la alabanza", rezó el Papa Francisco durante el Ángelus del 15 de agosto de 2023, fiesta de la Asunción de la Virgen María. El servicio y la alabanza, insistió el pontífice, son "los secretos" de María, que, como su hijo Jesús, fue "hacia arriba, glorificando a Dios y sirviendo" al prójimo.
Ante una multitud de peregrinos y visitantes congregados en la Plaza de San Pedro, el Papa les instó a contemplar la ascensión de la Virgen, que la Iglesia conmemora cada 15 de agosto. La tradición de la Iglesia, en particular los escritos de San Efrén el Sirio y San Gregorio de Tours, considera que la Virgen María "ascendió directamente al cielo". El Papa Pío XII proclamó esta creencia como dogma en 1950.
Comentando el Evangelio del día, que narra la visita de la Virgen a su prima Isabel, embarazada de Cristo -durante la cual entona el "Magnificat"-, el Pontífice describió la vida de la Madre de Dios como una "ascensión" basada en su sentido de servicio y alabanza. La comparó con la ascensión de Jesús, "la subida a Jerusalén, el lugar de la entrega en la cruz".
El servicio y la alabanza
El servicio es la primera característica del modelo mariano, explicó el Papa Francisco, recordando que "ayudar cuesta" y representa un "sacrificio".
Pero "el servicio corre el riesgo de ser estéril sin la alabanza a Dios", subrayó el pontífice, afirmando que "quien ama a Dios conoce la alabanza". La alabanza "aumenta la alegría" y es "como una escalera", ya que eleva los corazones y los espíritus y "supera la tentación de caer".
Por ello, el Papa animó a las personas a hacer del "servicio la plataforma de lanzamiento" de sus vidas y a "vivir en la gratitud y la bendición más que en el lamento y la queja, a mirar hacia arriba más que a enfurruñarse".