Cristiano Ronaldo es un futbolista portugués de fama mundial que ha ganado decenas de premios y trofeos a lo largo de sus 31 años de carrera. Ha jugado en clubes de Portugal, Inglaterra, España e Italia.
A principios de este año fichó por el Al-Nassr, club de Arabia Saudí. En su último partido, en las semifinales de la Copa de Campeones de Clubes Árabes, el jugador marcó el gol que dio al club el ascenso a la fase final de este equivalente árabe de la Liga de Campeones.
Tras marcar el gol, el portugués se persignó. No es una sorpresa en sí, porque se declara creyente y ha compartido su fe más de una ocasión. No tendría nada de espectacular si no fuera porque lo hizo en Irak. El club saudí Al-Nassr, en el que juega, se enfrentaba al iraquí Al Shorta.
Según Open Doors, una organización que se ocupa de la persecución religiosa, Irak ocupa el puesto 18 en la lista de países que persiguen a los cristianos. Aunque la visita del Papa al país en 2021 fue un acontecimiento positivo con efectos duraderos, los problemas continúan.
Además, Arabia Saudí, donde juega Ronaldo, ocupa el puesto 13 de esa lista.
Difícil vida para los cristianos en Arabia Saudí
En el Índice de Persecución Mundial, la organización Puertas Abiertas afirma:
La mayoría de los cristianos de Arabia Saudí son trabajadores migrantes procedentes de Asia y África. A menudo son explotados y mal pagados, y sufren discriminación por su origen étnico, pero también por su fe cristiana. También hay cristianos de otras partes del mundo. Los cristianos extranjeros tienen serias restricciones para compartir su fe cristiana y reunirse para el culto público. Quienes lo hacen corren el riesgo de ser detenidos y expulsados.
Los musulmanes que se han convertido a la fe en Cristo deben ocultar su afiliación eclesiástica. Open Doors lo aclara:
A pesar de los riesgos, el pequeño número de cristianos saudíes está aumentando lentamente y algunos están compartiendo audazmente su fe cristiana en Internet y en canales cristianos de televisión por satélite. Esto ha provocado graves repercusiones por parte de sus familias y de las autoridades.
Quizá el sencillo pero valiente gesto del futbolista portugués tenga el efecto de aumentar el coraje de los seguidores de Cristo tanto en Arabia Saudí como en Irak.