La diferencia entre un joven y un adolescente se aprecia principalmente en su edad, los cambios físicos que comienzan a ser notorios y su madurez psicológica.
Este es un periodo de adaptación a la vida adulta en todos los sentidos; es donde se vive la crisis vital y, por supuesto, conlleva conflictos entre padres e hijos. Esto puede durar más tiempo de lo normal si no ponemos la atención suficiente en la madurez y en brindarles a los adolescentes las herramientas necesarias para que puedan pasar a la vida de jóvenes.
En Aleteia consultamos con el psicólogo Enrique Pacheco y él nos compartió los siguientes consejos para ayudar a nuestros hijos en su transición de adolescentes a jóvenes.
1orientación vocacional y elección de la carrera
Es necesario apoyarlo en su proceso de orientación vocacional y elección de carrera sin presionarlo a que elija una carrera con fines económicos; antes bien, buscar que elija una carrera que le agrade y que le represente un desafío.
2asignarles responsabilidades
Aprender a negociar con las responsabilidades de casa será muy importante; enseñarles que tienen que colaborar en lo poco y en lo mucho. Por ejemplo, se le puede pedir que realice el aseo de su habitación, que lave el coche familiar, que lave los platos; y una vez que esté realizado, puede tener algún permiso a cambio.
3Prepararlo para el trabajo
Quizá ayudarlo a conseguir empleo, o a iniciar un negocio propio, siempre creando consciencia acerca de cómo administrar el dinero. Lo importante es que, de las ganancias o sueldo que tu hijo tenga, le pidas una parte simbólica como aportación para los gastos de la casa, o incluso, puedes llegar a un acuerdo con él (ella), de que se encargue de pagar un servicio del hogar cada mes (agua, internet, luz, etc.), esto les ayudará a tener una idea más clara y realista de lo que es la economía.
4Enseñarles a cuidarse solos
Esto puede ser con algunas recomendaciones tan sencillas como no utilizar el teléfono móvil mientras camina por la calle, ya que algún rufián puede arrebatárselo. Así mismo, hay que permitirle que conozca la ciudad o las rutas apropiadas para trasladarse de un lado a otro.
5Independencia
Aprender a ser independiente no sucede de la noche a la mañana. Tal como obtener la licencia de conducir, es un proceso que sucede con el transcurso del tiempo y por etapas. Estos son algunos niveles de independencia que pueden orientarnos:
- Permiso de aprendiz: aprender nuevas destrezas con supervisión.
- Licencia con limitaciones: asumir algunas responsabilidades, pero con apoyo de los padres.
- Licencia total: ser totalmente responsable de las acciones de uno mismo. Los padres deben ceder en gran medida el control sobre muchas de las decisiones de sus hijos ya como jóvenes adultos.
Recuerda que...
Debemos entender que la función de la adolescencia no es hacernos la convivencia insoportable, sino ayudar a nuestro hijo a llegar a la vida adulta y lo que ello implica: tomar decisiones, aprender de sus errores, ser autónomos y responsables.
Nunca olvides que su adolescencia no es igual a la tuya. Ten en cuenta que la adolescencia ha cambiado y no es lo mismo que fue para ti. Ahora existen otras formas de ser y estar, y hay que aceptarlo, en lo que cabe.