En su vuelo de Roma a Ulán Bator, para su histórica visita papal a Mongolia, el Papa Francisco dio a los fieles una recomendación musical. El Pontífice destacó las obras del compositor ruso del siglo XIX de estilo romántico Alexander Borodin, cuya famosa pieza "En las estepas de Asia Central" ilustra la unidad entre dos culturas.
El Papa dijo que las expresivas obras de Borodin pueden ayudar a los visitantes a hacerse una idea de la región, que contiene la "gran cultura" del pueblo mongol. Según Crux, el Papa Francisco comentó:
"Creo que nos haría bien comprender este gran y grandioso silencio", dijo refiriéndose a las vastas tierras nómadas de Mongolia y a la cultura del silencio. "Nos ayudará a comprender, pero no con el intelecto, sino con los sentidos".
"Mongolia se entiende con los sentidos", dijo, y recomendó escuchar "la música de Borodin, que supo expresar esta extensión y grandeza de Mongolia".
Alexander Borodin
Alexander Borodin fue un afamado compositor ruso que se cuenta entre "Los Cinco", un grupo de compositores rusos progresistas del siglo XIX que impulsaron el estilo ruso de música clásica. Aunque Borodin es famoso por su música, en realidad era químico de profesión e hizo varias aportaciones a la química orgánica en su época. La música era su afición, que practicaba en su tiempo libre o cuando estaba enfermo.
La música de Borodin está impregnada del estilo romántico ilustrativo que buscaba evocar imágenes en la mente de los oyentes. "En las estepas de Asia Central" es un excelente ejemplo de este efecto, ya que evoca grandes paisajes a través del sonido, incluido el golpeteo de los caballos viajeros, con la intención de dar vida a las interacciones entre los rusos y las gentes de las estepas del Cáucaso.
"En las estepas de Asia Central" entra en la categoría de poema sinfónico, una pieza orquestal que pretende contar una historia a través de la música. La obra utiliza dos melodías diferentes, que representan respectivamente a los pueblos ruso y mongol. La melodía rusa crea una atmósfera apacible al comienzo de la canción, que lentamente cede el paso a la melodía que representa a Mongolia. Las dos melodías se mezclan y fusionan hasta que la melodía rusa es lo único que queda al desvanecerse, como si la fila de viajeros desapareciera en la distancia.
El propio Borodin esboza algunas de sus ilustraciones previstas en una nota que dejó en la partitura, facilitada por el galardonado blog musical Classicalexburns:
"En el silencio de las monótonas estepas de Asia Central se oye el sonido desconocido de una apacible canción rusa. A lo lejos se oye la aproximación de caballos y camellos y las notas extrañas y melancólicas de una melodía oriental. Una caravana se aproxima, escoltada por soldados rusos, y prosigue con paso seguro su camino a través del inmenso desierto. Desaparece lentamente. Las notas de las melodías rusa y asiática se unen en una armonía común, que se apaga a medida que la caravana desaparece en la distancia".