Durante el Ángelus del 10 de septiembre de 2023, el Papa Francisco invitó a la multitud de unas 20 mil personas presentes en la Plaza de San Pedro a aplaudir a la familia Ulma, beatificada ese mismo día en Markowa (Polonia) y reconocida colectivamente como mártir.
Perseguidos por los nazis por acoger a judíos, Jozef y Victoria Ulma y sus siete hijos -entre ellos un bebé que perdió la vida al nacer- fueron ejecutados el 24 de marzo de 1944 junto a los ocho miembros de la familia judía que habían acogido durante año y medio, los Goldmann.
El Papa Francisco destacó tras la oración mariana que "se opusieron con amor evangélico al odio y a la violencia que caracterizaron su tiempo". Y el jefe de la Iglesia católica expresó su deseo de que "esta familia polaca, que representó un rayo de luz en la oscuridad de la Segunda Guerra Mundial, sea para todos nosotros un modelo a imitar en la dinámica del bien y en el servicio a los necesitados".
Siguiendo el ejemplo de la familia Ulma, el Pontífice argentino también nos animó a "oponer la fuerza de las armas a la de la caridad, y la tenacidad de la oración a la retórica de la violencia". En particular, invitó a hacerlo "por los muchos países que sufren a causa de la guerra", mencionando a "la martirizada Ucrania", que "tanto está sufriendo", y saludando a las banderas ucranianas que portaban grupos en la plaza, entre los brazos de la columnata de Bernini.