Conocer a las personas que son parte de nuestra vida nos hace apreciarlas y entablar una relación más profunda con ellas. Lo mismo ocurre con Dios y los santos. Y, sobre todo, si nos enteramos de situaciones que les ocurrieron y que no son diferentes de las nuestras. Por ejemplo, como nosotros, usaron ropas y ahora se preservan como reliquias, algunas poco conocidas, como el velo de la Virgen María.
Cabe recordar que una reliquia puede ser de tres clases: partes del cuerpo de un santo, objetos que le hayan pertenecido y objetos que han tenido contacto con una reliquia de primera clase.
En este video, presentamos la hermosa historia detrás de este precioso objeto, reliquia de segunda clase que, según la Tradición, usó María santísima para proteger a su Hijo Jesús.