El Catecismo de la Iglesia católica nos habla de la existencia de los ángeles custodios diciendo que "Desde su comienzo (cf Mt 18, 10) hasta la muerte (cf Lc 16, 22), la vida humana está rodeada de su custodia (cf Sal 34, 8; 91, 10-13) y de su intercesión (cf Jb 33, 23-24; Za 1,12; Tb 12, 12). 'Nadie podrá negar que cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducir su vida (San Basilio Magno, Adversus Eunomium, 3, 1: PG 29, 656B)'"(CEC no. 336).
Por eso, Aleteia comparte una oración para mantenernos en constante diálogo con nuestro ángel de la guarda.