La adicción es una enfermedad que muchas veces tiene su origen en un dolor profundo y muy difícil de superar. Quienes luchan contra las adicciones nunca deberían ser definidos por esa batalla. Hay mucho más en cada persona que sus propias luchas: "No definimos a las personas con un brazo roto por el brazo. Asimismo, no debemos permitir que los trastornos mentales definan a las personas que los padecen o a sus familias", dijo recientemente el obispo John Dolan de Phoenix, Estados Unidos.
Saber que muchos santos tuvieron que lidiar con adicciones y que las superaron gracias a su fe puede darnos mucha esperanza. Sus vidas testimonian que las adicciones, los pecados y los fracasos se pueden superar en cualquier momento, y que todos, independientemente de su origen, están llamados a la santidad. Aquí hay cuatro santos que superaron sus adicciones y emprendieron un extraordinario viaje de conversión. Su continua lucha contra las adicciones (a las drogas, el alcohol o las mujeres) y sus conversiones pueden ser una fuente de inspiración y un signo de esperanza para quienes atraviesan las mismas dificultades.
1Santa Mónica (331-387)
En sus Confesiones, San Agustín dice que su madre Mónica, a los 15 años, mucho antes de darle a luz, había desarrollado el hábito de beber vino. Como siempre estaba borracha, un día su criada la llamó "una botellita sucia de vino puro". Humillada, Santa Mónica tomó conciencia de su vergonzoso comportamiento. Orando al Señor y fortaleciendo su voluntad, encontró la fuerza para corregir su adicción al alcohol de una vez por todas.
2SAN VLADIMIR (958-1015)
La vida de San Vladimir antes de su conversión es una de las historias de santos más sorprendentes. Ascendió al trono, convirtiéndose en príncipe de Kiev, tras asesinar a su hermano. Experimentó la depravación moral, la lujuria y muchos otros vicios. Sin embargo, tras su conversión a la fe cristiana, renunció a sus 800 concubinas y cambió por completo su vida. Permaneció fielmente casado con una sola mujer y reemplazó los templos paganos de su reino por iglesias.
3SAN BRUNO SERONUMA (1856-1886)
Nacido en Uganda, Bruno Seronuma era hijo del gobernante del reino de Uganda. Antes de convertirse en católico, Seronuma era violento y adicto al alcohol. Con su conversión, buscó controlar su carácter explosivo y sus pasiones. Buscó renunciar a su adicción, dedicando mucho tiempo a la oración y la penitencia. Al final de su vida, murió mártir de su fe.
4BEATO BARTOLO LONGO (1841-1926)
Aunque creció en una familia católica, el italiano Bartolo Longo rechazó la religión a los 10 años, cuando murió su madre. A lo largo de su vida se interesó por las ciencias ocultas y acabó convirtiéndose en sacerdote satanista a los 20 años. Experimentó con drogas y se volvió adicto. Las fervientes oraciones de su familia finalmente provocaron su conversión radical y desde entonces dedicó su vida a ayudar a los pobres y a enseñar el poder de la oración y el Rosario.
La vida de estos santos y beatos puede ser una verdadera fuente de inspiración para quienes se sienten desanimados e impotentes ante sus adicciones. Son un recordatorio de que ninguna vida se rompe para siempre y que, con nuestra voluntad, ¡Dios puede transformarlo todo!