Un truco salesiano para ayudar a crecer a niños y jóvenes. La "palabra de la tarde" (o palabra vespertina) no es más que un discurso muy breve que se pronuncia después de la oración, justo antes de acostarse, y que invita a volver sobre un acontecimiento del día. "Es una charla breve, de seis minutos como máximo", explica el padre Jean-Marie Petitclerc, sacerdote salesiano y educador especializado, coordinador de la red Don Bosco Action sociale. Pone en práctica este ritual cuando acompaña los campamentos juveniles.
"Invito a los jóvenes a releer un acontecimiento de su día, bueno o malo, para maravillarse o, por el contrario, cuestionarlo. Es una manera de tomarse el tiempo de reflexionar sobre lo que han vivido, y de registrar tal o cual acontecimiento como 'piedrecitas en la memoria'".
Si el niño o el joven no sabe qué recordar, podemos ayudarle haciéndole preguntas: ¿Qué te ha hecho feliz hoy? o ¿Qué te ha hecho infeliz? ¿Qué piensas de este incidente? ¿Qué te ha enseñado? En las casas salesianas, el profesor puede proponer un tema por su cuenta, como el uso de los teléfonos móviles en la comunidad.
Los orígenes maternales de la "palabra vespertina"
Un ritual que se aplica perfectamente a la vida familiar. De hecho, la práctica se originó en la familia de Don Bosco, cuando naturalmente la madre de Don Bosco, Margherita Occhiena, también conocida como "Mamá Margarita", invitaba a sus hijos a reflexionar sobre sus actos del día por la noche.
De este modo, les acostumbraba a reflexionar sobre sus actos. "Mamá Margarita" hacía lo mismo con los huérfanos que Don Bosco acogía bajo su techo. Cuando un joven huérfano llamó a su puerta una tarde lluviosa de mayo de 1847 -se convertiría en el primer interno del Oratorio-, ella le ofreció comida y cama y, mientras le arropaba, le susurró al oído unas palabras sobre la honradez. Así nació la primera verdadera "charla de la tarde", luego fue adoptada por Don Bosco y las casas salesianas.
Un apoyo educativo "destilado en dosis homeopáticas", en palabras de la pedagogía salesiana. Palabras breves y sencillas que animan a los jóvenes a dar sentido a los acontecimientos que les rodean, sean más o menos cercanos. Palabras suaves y amables que favorecen el desarrollo de la personalidad, el crecimiento humano y espiritual, el espíritu de familia y las buenas relaciones.