En Tierra Santa se encuentran lugares como Jerusalén, Belén, Nazaret, el Monte Sinaí, el río Jordán y el mar Muerto, entre otros; por ello, millones de peregrinos viajan cada año para visitar los lugares santos y profundizar en su fe.
Pero Tierra Santa no es solo un lugar de paso, sino también de permanencia. Allí viven y trabajan diversas comunidades religiosas que se dedican a la oración, meditación y servicio a los peregrinos y a la población local. Entre estas comunidades se encuentran las órdenes contemplativas, que son aquellas que se consagran en los monasterios a la práctica de la vida monástica bajo una regla y un superior.
Las órdenes contemplativas tienen una larga tradición en Tierra Santa, que se remonta a los primeros siglos del cristianismo, donde algunos de los primeros monjes cristianos se retiraron al desierto para buscar a Dios en la soledad y el silencio. Estos eremitas fueron seguidos por otros que formaron comunidades cenobitas, donde compartían la oración, el trabajo y la fraternidad.
Con el paso del tiempo, estas comunidades se fueron organizando en órdenes religiosas con una identidad propia y una espiritualidad específica. Algunas de estas órdenes se establecieron en Tierra Santa, especialmente después de las cruzadas, cuando los cristianos recuperaron el control de Jerusalén y otros lugares sagrados. Estas órdenes contribuyeron a la preservación y el cuidado de los santuarios, así como al diálogo con las otras religiones presentes en la región.
Entre las órdenes contemplativas que están presentes en Tierra Santa se encuentran:
1Benedictinos
Son la orden monástica más antigua de Occidente, fundada por san Benito de Nursia en el siglo VI. Su lema es "ora et labora" (reza y trabaja), y su regla se basa en el equilibrio entre la oración comunitaria, el trabajo manual, el estudio y la hospitalidad. Los benedictinos tienen varios monasterios en Tierra Santa, entre ellos el de la Dormición en Jerusalén, donde se venera la tumba de la Virgen María; el de Tabgha, junto al lago de Galilea, donde tuvo lugar la multiplicación de los panes y los peces; y el de Abu Gosh, donde se cree que estuvo Emaús.
2cistercienses
Una reforma de la orden benedictina, iniciada por san Roberto de Molesmes en el siglo XI. Su característica es una mayor austeridad y una mayor dedicación a la oración litúrgica. Los cistercienses tienen una rama llamada trapenses, que son aún más estrictos en su observancia. Los trapenses tienen un monasterio en Latrun, donde se cree que estuvo el castillo de los cruzados llamado Toron.
3Cartujos
Esta orden fue fundada por san Bruno de Colonia en el siglo XI. Su rasgo distintivo es la vida eremítica dentro de una comunidad. Los cartujos viven en celdas individuales, donde rezan, estudian y trabajan en silencio. Solo se reúnen para la oración comunitaria y para compartir una comida los domingos. Ellos tienen un monasterio en Betania, donde vivieron Marta, María y Lázaro.
4carmelitas
Una orden inspirada por los profetas Elías y Eliseo, que vivieron en el monte Carmelo. Su fundador fue san Bertoldo de Calabria en el siglo XII. Viven una espiritualidad centrada en la oración contemplativa y la devoción a la Virgen del Carmen. Los carmelitas tienen varios conventos en Tierra Santa, entre ellos el del monte Carmelo, donde se encuentra la gruta de Elías; el de Stella Maris, donde se custodia la imagen de la Virgen del Carmen; y el de Haifa, donde se veneran los restos de santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein).
Estas son solo algunas de las órdenes contemplativas que viven y rezan en Tierra Santa. Ellas son un signo de la presencia y la fidelidad de la Iglesia en la tierra de Jesús, y un testimonio de la búsqueda de Dios en medio de las dificultades y los conflictos; con su vida nos invitan a unirnos a su oración por la paz y la reconciliación en la Tierra Santa y en el mundo entero.