La fe es el motor que ha movido a hombres y mujeres de todas las edades que eligen morir antes que renegar de Cristo y dar la razón a sus perseguidores para salvar la vida. Esto es mucho más impresionante para el ánimo cuando son adolescentes y jóvenes quienes dan muestra del inmenso amor a su Salvador, seguros de su destino final: la gloria junto a su Señor.
Dice el Catecismo de la Iglesia católica, en el número 2473: «El martirio es el supremo testimonio de la verdad de la fe; designa un testimonio que llega hasta la muerte. El mártir da testimonio de Cristo, muerto y resucitado, al cual está unido por la caridad. Da testimonio de la verdad de la fe y de la doctrina cristiana. Soporta la muerte mediante un acto de fortaleza. "Dejadme ser pasto de las fieras. Por ellas me será dado llegar a Dios" (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Romanos, 4, 1)».
Aleteia presenta algunos inspiradores ejemplos de los mártires más jóvenes, pero sin duda, hay muchos más que vendrán a nuestra mente y corazón.