Hablando en el Vaticano en 2020, ante una quincena de personalidades francesas comprometidas con la ecología, el Papa Francisco confesó que él mismo había tenido que sufrir una "conversión ecológica".
Por ejemplo, en 2007, en la Conferencia Episcopal Latinoamericana de Aparecida (Brasil), Jorge Mario Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires, desconocía las cuestiones ecológicas: "Yo decía: '¡Pero estos brasileños, nos están cansando con esto de la Amazonia! ¿Qué tiene que ver la Amazonia con la evangelización?" (…) Luego, en 2015, salió Laudato si'. Hice un camino de conversión, de comprensión del problema ecológico. Antes de eso, no entendía nada".
Este camino de conversión le llevó, en 2013, la noche de su elección como 266º Papa, a elegir el nombre de Francisco, inspirado en el santo medieval Francisco de Asís, paladín de la naturaleza. Desde su misa inaugural, en la que habló de la responsabilidad humana de ser "administradores de la creación", el jefe de la Iglesia católica ha dado a su pontificado un tono decididamente verde.
En el plano internacional, ya en 2014 se apeló al poder blando del jefe de la Iglesia católica, cuando la ministra francesa para la Transición Ecológica, Ségolène Royal, le sugirió que anticipara la publicación de Laudato si' para influir en la Conferencia Mundial sobre el Clima de París (COP 21). Es una anécdota que el argentino ha contado a menudo, y que el político ha confirmado en una reciente entrevista con I.MEDIA.
La encíclica Laudato si' tuvo un impacto mundial, llegando a millones de personas alejadas del catolicismo pero preocupadas por la urgencia del calentamiento global. Decenas de jefes de Estado, entre ellos Barack Obama, entonces Presidente de Estados Unidos, han expresado su admiración por la decisión del Papa "de hacer un llamamiento a la acción sobre el cambio climático de manera clara y firme, y con toda la autoridad moral que su cargo le confiere".
Primer Papa que habla de ecología integral
Para algunos, el Pontífice argentino se ha convertido en un "héroe ecológico", como señala el dominico Thomas Michelet en su libro Los papas y la ecología (Artège, 2016). Si bien Laudato si' no fue la primera encíclica en "preocuparse por el problema", sí fue la primera "en tomar la ecología como único tema", y Francisco es el primer Papa que ha hablado de ecología integral, afirma el padre Michelet.
El pontífice argentino ha instado constantemente a los dirigentes, especialmente a los de los países más poderosos, a emprender acciones concertadas basadas en la solidaridad. También ha acogido varias iniciativas en el Vaticano, como el llamamiento de una cuarentena de líderes religiosos y científicos para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados en octubre de 2021, o las reuniones con los responsables de los mayores grupos energéticos del mundo (2018 y 2019), a los que ha instado a realizar una transición energética "radical".
Junto al patriarca ortodoxo Bartolomé de Constantinopla, uno de los principales inspiradores de la encíclica Laudato si', el Papa Francisco también ha instaurado la Jornada Mundial de Oración por la Integridad de la Creación, que se celebra cada año el 1 de septiembre.
Solo recientemente, en el verano de 2023, en vísperas de la COP28 y en un momento en que muchas regiones del mundo estaban experimentando fenómenos climáticos extremos, Francisco quiso hacer sonar la alarma de nuevo, anunciando una "secuela" sorpresa de Laudato si'. El 4 de octubre se publicó la carta apostólica Laudate Deum, en la que critica duramente los fracasos del multilateralismo y dedica un capítulo entero a las cuestiones en juego en la COP28 de Dubai.
Siguiendo la estela de sus predecesores
Pero el compromiso de la Santa Sede con el medio ambiente no es nuevo: Laudato si' desarrolla "el magisterio expuesto a lo largo de varias décadas por Juan Pablo II y Benedicto XVI", explica el padre Michelet, para quien esta encíclica no es "el capricho reciente de un Papa recién salido de la pampa, que quiere subirse a la ola verde simplemente por marketing".
"Francisco es el Papa de Laudato si', pero cuando llegó al Vaticano en 2013, sus predecesores ya habían trabajado sobre el tema", señala la vaticanista Franca Giansoldati en una entrevista a I.MEDIA. A finales de los años sesenta, Pablo VI fue el primero en pronunciar un discurso articulado sobre el medio ambiente. Después, Juan Pablo II, sensibilizado por sus viajes a los cuatro puntos cardinales del planeta, donde observó las alteraciones de los ecosistemas, dedicó numerosos discursos a la ecología.
Benedicto XVI pronunció dos importantes discursos en Brasil y África. También fue bajo su pontificado cuando el Estado más pequeño del mundo plantó un bosque climático de 7 mil hectáreas en Hungría para compensar las emisiones de carbono de los viajes papales, y cuando se instalaron dos mil 400 paneles solares en el tejado del Aula Pablo VI del Vaticano.
Al final, fue la enseñanza de la Iglesia sobre ecología lo que Francisco supo revivir con un nuevo estilo. Con él, el estribillo "todo está relacionado" se ha convertido en un eslogan. El término "ecología integral", un programa. Más allá del activismo ecológico, el Pontífice llama en primer lugar a una conversión personal, poniendo como modelo "la sabiduría de los pueblos indígenas", la "vida buena" que no es la dolce vita, sino la vida "en armonía con la creación".