La entrañable tradición de decorar el árbol de Navidad con adornos festivos y colocar regalos bajo sus ramas es sin duda una seña de identidad de las fiestas navideñas en casi todo el planeta. Pero, ¿se ha preguntado alguna vez cuáles son las raíces de esta emblemática práctica?
En su libro Inventing the Christmas Tree (La invención del árbol de Navidad), Bernd Brunner se adentra en los registros históricos para rastrear los orígenes de la tradición del árbol de Navidad.
La reseña del libro publicada por Medievalists.net explica cómo las menciones dispersas de árboles de Navidad en la Edad Media sugieren su integración gradual en las celebraciones estacionales en todo el norte de Europa hacia el siglo XV.
Los primeros casos registrados de árboles de Navidad están envueltos en la controversia histórica, y Brunner examina las pruebas procedentes de Alemania, Inglaterra y la región del Báltico.
¿Quién lo hizo primero?
La investigación de Brunner apunta a Friburgo, en el suroeste de Alemania, como posible contendiente, con registros de 1419 que describen un árbol decorado con manzanas, barquillos, pan de jengibre y espumillón en el hospital local, cortesía de la Hermandad de Aprendices de Panadero.
Sin embargo, una afirmación competidora procedente de Tallin (Estonia) asegura que el primer árbol de Navidad adornó el ayuntamiento en 1441 durante un baile festivo, aunque el uso de la palabra "bom" del bajo alemán medio introduce ambigüedad, ya que podría referirse a un poste o mástil decorado. Curiosamente, todavía se utilizan muchos troncos navideños diferentes para celebrar la temporada. Pensemos, por ejemplo, en el tió de Nadal catalán-occitano, o en la Bûche de Noël francesa.
Aunque muchos documentos históricos sobre los primeros árboles de Navidad aparecen en el siglo XVI, está claro que estas tradiciones tenían raíces más profundas. Medievalists.net explica cómo Brunner señala casos en los que las autoridades locales promulgaron leyes para proteger los árboles de la tala indiscriminada para las celebraciones estacionales. En la Alta Alsacia, una ley de 1561 permitía a los ciudadanos coger del bosque solo "un pino de la longitud de ocho zapatos".
En el siglo XVI, árboles enteros o ramas habían llegado a muchos hogares, lo que marcó la perdurable popularidad de la tradición del árbol de Navidad. Hoy, mientras seguimos decorando y encendiendo nuestros árboles de Navidad, rendimos homenaje a una tradición que nos ha unido al espíritu navideño durante siglos.