Medjugorje no solo es un destino para los fieles laicos, sino también para las comunidades contemplativas, que han encontrado en este lugar un oasis de oración y de paz, donde vivir su vocación y su misión. Actualmente, hay cuatro comunidades contemplativas que residen en Medjugorje o en sus alrededores. Se trata de las siguientes:
1Hermanas Clarisas Franciscanas
Una rama de la orden fundada por san Francisco y santa Clara de Asís en el siglo XIII, que se dedica a la oración, el trabajo y la fraternidad. Llegaron a Medjugorje en 1989, por invitación del entonces párroco, el padre Slavko Barbaric, y se establecieron en el convento de san Antonio, situado a unos 3 km del centro del pueblo. Allí, viven unas 20 hermanas, que observan la clausura papal, que les impide salir del convento o recibir visitas sin permiso. Guardan silencio la mayor parte del día, excepto en los recreos comunitarios. Llevan un hábito gris y un velo blanco. Su lema es "Mi Señor y mi Dios" (Juan 20,28).
2Monjes benedictinos
Son una orden fundada por san Benito de Nursia en el siglo VI, que se rige por la regla que él mismo escribió, basada en el equilibrio entre la oración, el trabajo y el estudio. Llegaron a Medjugorje en 2004, por iniciativa del abad de la abadía de san Esteban en Jerusalén, el padre Benedetto Neri, y se instalaron en el monasterio de san José, ubicado a unos 5 km del centro del pueblo. Allí, viven unos 10 monjes, que se levantan de madrugada para rezar el oficio divino y la Misa. Siguen una dieta vegetariana y ayunan con frecuencia. Llevan un hábito negro y una capucha. Su lema es "Ora et labora" (Reza y trabaja).
3Hermanas carmelitas descalzas
Son una reforma de la orden del Carmen, iniciada por santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz en el siglo XVI, con el fin de volver al espíritu original de los eremitas del monte Carmelo. Llegaron a Medjugorje en 2010, por deseo del entonces arzobispo de Sarajevo, el cardenal Vinko Puljic, y se alojaron en el convento de San José, junto a los monjes benedictinos, hasta que en 2016 se trasladaron a su propio convento, llamado de la Reina de la Paz, situado a unos siete km del centro del pueblo. Allí viven 15 hermanas, que se entregan a la oración, el trabajo y la fraternidad. Observan la clausura papal, que les impide salir del convento o recibir visitas sin permiso. Guardan silencio la mayor parte del día, excepto en los recreos comunitarios. Llevan un hábito marrón y un velo blanco. Su lema es "Con Cristo vivo yo" (Gálatas 2,20).
4Monjes de Belén, de la Asunción de la Virgen y de San Bruno
Son una orden fundada en 1950, en la gruta de Belén, donde nació Jesús, por un grupo de monjes y monjas que querían vivir como los primeros cristianos del desierto. Se inspiran en la espiritualidad de los cartujos, cistercienses y carmelitas. Llegaron a Medjugorje en 2016, por invitación del obispo de Mostar, monseñor Ratko Peric, y se establecieron en el monasterio de san Elías, situado a unos 10 km del centro del pueblo. Allí viven cinco monjes y cinco monjas, en celdas individuales, donde rezan, estudian y trabajan. Solo se reúnen para la Misa, el oficio divino y una comida comunitaria los domingos. Guardan un silencio perpetuo, solo interrumpido por la salutación "Ave María" al encontrarse con otro hermano. Practican el ayuno, la abstinencia y el uso del cilicio. Su lema es "Stat crux dum volvitur orbis" (La cruz permanece mientras el mundo gira).
Estas comunidades contemplativas son un signo de la presencia y de la acción de Dios en Medjugorje, que ha convertido este lugar en una escuela de oración y de paz, donde se puede experimentar el amor y la misericordia de la Virgen María, que se manifiesta como la Reina de la Paz. Como dijo el Papa Francisco, "la vida contemplativa es una llamada a la esencialidad de la existencia cristiana, a la relación con Dios como fundamento y meta de la vida".