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A punto de finalizar el año 2023, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha hablado por teléfono con el Papa Francisco, según anunció en un vídeo difundido en un tuit en la noche del 28 de diciembre. El jefe de Estado agradeció el compromiso de la Santa Sede para resolver el conflicto ruso-ucraniano.
En el vídeo, el Presidente Zelensky confió haber expresado su gratitud al Pontífice "por sus felicitaciones navideñas a Ucrania y a los ucranianos, y por sus deseos de una paz justa para todos nosotros". El 25 de diciembre, durante la tradicional bendición Urbi et Orbi -a la ciudad y al mundo- en la plaza de San Pedro, el 266º Papa imploró en particular "paz para Ucrania", antes de asegurar al "pueblo herido" su "cercanía espiritual y humana", como ha hecho en cada Ángelus y audiencia general desde el inicio de la ofensiva rusa en Ucrania.
"Hemos hablado de nuestro trabajo conjunto para aplicar la fórmula de paz de Ucrania", declaró Volodymyr Zelensky tras el intercambio telefónico con el jefe de la Iglesia católica. Y añadió: "Estoy agradecido con la Santa Sede por apoyar nuestros esfuerzos". Esta fórmula de 10 puntos propuesta por Ucrania en noviembre de 2022 exige, además de la retirada de las tropas rusas, reparaciones y acciones judiciales contra los señores de la guerra rusos.
Para el embajador ucraniano ante la Santa Sede, que también reaccionó en la red X -antes Twitter-, este intercambio telefónico es "una prueba más de la fructífera cooperación entre los dos países". Según el diplomático, la cooperación entre Kiev y Roma ha aumentado "tras el deseo expresado por el Papa de desempeñar un papel activo en la aplicación de los elementos humanitarios de la fórmula de paz".
Conversaciones y encuentros
El Papa y el Presidente ucraniano han hablado por teléfono varias veces desde el estallido de la guerra, en particular en febrero, marzo y agosto de 2022. El 13 de mayo de 2023, Volodymyr Zelensky fue recibido en privado en el Vaticano por el pontífice durante unos cuarenta minutos. Fue una audiencia muy mediatizada, durante la cual los dos dirigentes coincidieron en la "necesidad de proseguir los esfuerzos humanitarios en apoyo de la población". Pero después, el presidente ucraniano mostró poco entusiasmo por la idea de la mediación vaticana.
Durante el verano, el Papa envió al cardenal Matteo Zuppi en misión de paz a Kiev, Moscú, Washington y Pekín. Cuando el representante papal visitó la capital ucraniana, Kiev pidió a la Santa Sede que cooperara "en el marco de la fórmula de paz ucraniana". "La Santa Sede podría implicarse, queda por ver cómo", declaró a la prensa el 10 de junio el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin. Y añadió que "la ayuda humanitaria" podría ser "el ámbito específico en el que podríamos trabajar".
La misión de buenos oficios del cardenal Zuppi produjo pocos resultados tangibles. Sin embargo, en una entrevista concedida a L'Osservatore Romano el 1 de diciembre, el cardenal Parolin indicó que esta iniciativa había permitido investigar a decenas de niños ucranianos secuestrados y trasladados a Rusia, y repatriar in extremis al joven ucraniano Bogdan Yermokhin, en vísperas de cumplir 18 años, antes de que se viera obligado a tomar las armas contra su propio país.
Casi dos años después de la invasión rusa, el conflicto no muestra signos de remitir. El 29 de diciembre, Rusia lanzó nuevos ataques contra varias ciudades ucranianas, entre ellas Kiev, Kharkiv, Lviv, Odessa y Dnipro. El 19 de diciembre, el gobierno ucraniano anunció la movilización de nuevos reclutas entre la población para reforzar el ejército en el frente.