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"La gula es quizás el vicio más peligroso que está destruyendo el planeta", advirtió el Papa Francisco a los fieles reunidos en el Aula Pablo VI en la Audiencia General del 10 de enero de 2024. Basándose en la relajada relación de Jesús con la comida, el Papa destacó el vínculo entre la dieta y la vida espiritual. En la tercera etapa de su serie de enseñanzas sobre los vicios y las virtudes, el Papa relacionó la "glotonería" de muchos con la "voracidad" de la sociedad de consumo.
Volviendo al episodio de las bodas de Caná, el Papa Francisco señaló que Jesús expresó su "simpatía por las alegrías humanas". A diferencia de Juan el Bautista, conocido por su ascetismo, "Jesús, por el contrario, es el Mesías que se deja ver a menudo en la mesa", dijo Francisco.
"Su comportamiento es escandaloso, porque no solo es amable con los pecadores, sino que incluso come con ellos; y este gesto muestra su voluntad de comulgar con personas a las que todos los demás rechazaban", remarcó el Pontífice. "Jesús quiere que nos alegremos en su compañía", mientras que el recuerdo de su Pasión, y por tanto de su ausencia, debe marcar un momento de ayuno. Quiere que "compartamos sus sufrimientos, que son también los de los pequeños y los pobres".
Además, "Jesús abandona la distinción entre alimentos puros e impuros, que era una de las piedras angulares de ciertas culturas del mundo antiguo". Jesús explica que "no es lo que entra en el hombre lo que lo contamina, sino lo que sale de su corazón". Por tanto, la atención no debe centrarse "en la comida en sí, sino en la relación que tenemos con ella", explicó Francisco, señalando que algunas personas se convierten en "esclavas de la comida".
Las patologías de las "sociedades opulentas
Por ello, invitó a redescubrir la relación de Jesús con la comida, "especialmente en las llamadas sociedades opulentas, donde se manifiestan tantos desequilibrios y patologías". En muchas situaciones, "comemos demasiado o demasiado poco", señaló el Papa. "Aumentan los trastornos alimentarios: anorexia, bulimia, obesidad… Y la medicina y la psicología intentan atajar la mala relación con la comida", explicó Francisco.
"Son enfermedades, a menudo muy dolorosas, que están ligadas sobre todo a tormentos de la psique y del alma", insistió, proponiendo esta reflexión: "Dime cómo comes y te diré qué tipo de alma tienes". "La forma en que comemos revela "nuestras actitudes psicológicas", explicó Francisco, subrayando que hay que "comer para vivir" y no "vivir para comer".
"Si lo leemos desde un punto de vista social, la gula es quizás el vicio más peligroso que está haciendo perecer el planeta", dijo Francisco, situando esta cuestión de forma más global en su alegato a favor de un uso equilibrado de los recursos naturales.
"El pecado de quien se entrega a un trozo del pastel, en conjunto, no hace mucho daño, pero la voracidad con la que desde hace varios siglos nos estamos desatando sobre los bienes del planeta está comprometiendo el futuro de todos nosotros", insistió.
El Papa definió "la furia del vientre" como "el gran pecado" del mundo contemporáneo, señalando este parámetro de las estadísticas económicas: "Hemos abjurado del nombre de hombres, para asumir otro, el de 'consumidores'".
Por ello, Francisco se pronunció contra esta "gula" que aleja a la humanidad de su vocación original. "Fuimos hechos para ser hombres y mujeres 'eucarísticos', capaces de acción de gracias, discretos en el uso de la tierra, pero en cambio nos hemos transformado en depredadores", lamentó.