El bautismo es el renacimiento del ser humano a la vida de Dios. Y el demonio ofrece tentaciones que resultan difíciles de evadir, por eso, cuando los padrinos (o el catecúmeno que va a ser bautizado) recitan sus promesas bautismales, afirman y rechazan una serie de afirmaciones.
En particular, se les pide que rechacen a Satanás, todas sus obras y todas sus promesas vacías.
La palabra latina utilizada en la última pregunta se traduce a veces como "pompas", que el diccionario de la Real Academia Española define así: "Acompañamiento suntuoso, numeroso y de gran aparato, que se hace en una función, ya sea de regocijo o fúnebre", refiriéndose, entonces, a la vanidad y la grandeza exageradas.
¿Qué es eso?
El Papa Benedicto XVI ofreció su propio comentario sobre esta palabra en una homilía de 2006, en la fiesta del Bautismo del Señor:
"En la Iglesia antigua estos 'noes' se resumían en una frase fácil de entender para la gente de entonces: se renunciaba, decían, a la 'pompa diabuli', es decir, a la promesa de vida en abundancia, a esa vida aparente que parecía provenir del mundo pagano, de su permisividad, de su modo de vivir a su antojo".
Rechazar las "pompas" del diablo significaba mucho y resumía toda una visión del mundo opuesta a un modo de vida cristiano.
"Por tanto, era un 'no' a una cultura de lo que parecía abundancia de vida, a lo que en realidad era una 'anticultura' de la muerte. Era 'no' a esos espectáculos en los que la muerte, crueldad y violencia se habían convertido en un entretenimiento:
Recordemos lo que se organizaba en el Coliseo o aquí, en los jardines de Nerón, donde se prendía fuego a la gente como antorchas vivientes. La crueldad y la violencia se habían convertido en una forma de diversión, una verdadera perversión de la alegría, del verdadero sentido de la vida.
Esta pompa diabuli, esta 'anticultura' de la muerte era una corrupción de la alegría, era el amor al engaño y al fraude y el abuso del cuerpo como mercancía y como comercio".
Ls "pompas" en la actualidad
En la cultura actual, estas "pompas" siguen ahí y requieren un firme rechazo por parte de todo cristiano:
"Es una 'anticultura' que se manifiesta, por ejemplo, en la droga, en la huida de la realidad hacia lo ilusorio, hacia una falsa felicidad que se expresa en el engaño, el fraude, la injusticia y el desprecio por los demás, por la solidaridad y por la responsabilidad ante los pobres y los que sufren; se expresa en una sexualidad que se convierte en puro goce irresponsable, que hace de la persona humana una 'cosa', por así decirlo, que ya no se considera una persona que merece un amor personal que exige fidelidad, sino que se convierte en una mercancía, en un mero objeto".
Que la próxima vez que renovemos nuestras promesas bautismales rechacemos de verdad las "promesas vacías" del diablo y su cultura de muerte.