Una vez más, los cristianos son víctimas de la persecución. El 19 de enero, seis monjas fueron secuestradas en Haití cuando viajaban en un autobús hacia la capital, Puerto Príncipe, informa la agencia italiana Ansa. Las mujeres pertenecen a la congregación de Sainte Anne. El obispo de Anse-à-Veau, Pierre-André Dumas, denunció el secuestro, calificándolo de "odioso", y se ofreció como rehén en lugar de las seis religiosas.
Rezar "por la armonía social"
Durante el Ángelus del domingo 21 de enero, el Papa Francisco expresó su "dolor" por el secuestro de las monjas. Pidió su liberación e hizo un llamamiento a la oración "por la armonía social" en el país. Tras el acto, el jefe de la Iglesia católica instó a todos los actores nacionales e internacionales a "poner fin a la violencia en Haití", subrayando lo mucho que está causando sufrimiento a su "querido pueblo". "Sintamos la responsabilidad de rezar y construir la paz para ellos", declaró también.
Como en cada Audiencia General y Ángelus de los últimos meses, el Papa también rezó por la paz en Ucrania, Israel y Palestina, así como por todas las poblaciones afectadas por la guerra. "Son siempre los más débiles los que sufren", insistió, llamando la atención sobre la suerte de los "numerosos niños heridos y muertos" o "privados de afecto, de sueños y de futuro".