Los caminos del Señor son decididamente misteriosos. Y el actor estadounidense Nick Shakoour no lo niega. Cuando su agente le propuso protagonizar la serie The Chosen, dudó durante mucho tiempo y rechazó tres ofertas antes de aceptar finalmente. ¿Qué le retuvo? En primer lugar, el papel que le ofrecían, interpretando a Zebedeo, el padre de los apóstoles Santiago y Juan, un pescador de unos cincuenta años, cuando él mismo solo tenía treinta. Y además, ¿participar en una serie religiosa no le cerraría muchas puertas en la industria cinematográfica?
Aunque dice haber sido educado en la religión ortodoxa griega, Nick Shakoour llevaba años sin practicarla y su vida de actor estaba muy alejada de una vida de fe. Sin embargo, acabó aceptando el papel y rodó las temporadas 1, 2 y 3 antes de sufrir una conversión meteórica, como relató en un artículo publicado en el Washington Times a principios de febrero.
"Para ser honesto, desde que conocí a Dios en Texas al final de la tercera temporada, he estado agradecido por todo, pero no me da ninguna gloria que me alaben por este papel de Zebedeo", compartió, antes de añadir: "Estoy más emocionado por cómo la serie afecta a la gente que por si es algo que me beneficia a mí. Dios vino y lo quemó todo".
"Conocí al creador de todo el universo"
Y el actor, visiblemente cambiado, continúa contando su increíble historia. En los últimos días del rodaje de la tercera temporada, una mañana al llegar al set, Nick Shakoour sintió como un enorme agujero negro en su interior. "Oigo una voz en mi corazón: 'Si no pides ayuda a Dios ahora mismo, las cosas van a ir mal'. Lo siguiente que sé es que estoy gritando por dentro: "Dios, mi alma lleva perdida mucho tiempo y ahora te necesito. Y no solo te necesito a ti, necesito lo que tú y Jesús tienen que ofrecerme".
El día transcurrió con dificultad y, por la tarde, Nick siguió a parte del equipo para asistir a una conferencia sobre la Iglesia. Al final de la conferencia, que terminó como una vigilia de oración, sus amigos le impusieron las manos y empezaron a rezar por él. Fue entonces cuando el actor sintió que un fuego le consumía y le renovaba. "Como si fuera yo, pero ya no era yo", intenta explicar.
Quince años de decepciones y traumas emocionales se borraron en dos minutos, y toda la rabia que había en mí desapareció de golpe", prosigue.
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"Tengo que dar testimonio"
Desde esta deslumbrante experiencia, el actor se siente obligado a compartir su historia sin importarle los efectos negativos que pueda tener en su carrera. "Conocí a Dios. Conocí al creador de todo el universo. Y ahora, ¿qué pasa? ¿Me lo guardo para mí? No puedo esconder bajo la alfombra lo que Él ha hecho", explica.
"He llegado a un punto en el que puedo hablar de mi carrera como actor todo el tiempo, o hablar de esto. Y este sentimiento tan fuerte es lo que tengo que compartir. Sobre todo después de lo que ha pasado el mundo en los dos últimos años, y de toda la oscuridad que parece haberse colado. Tengo que dar testimonio de que he conocido a Dios, no puedo guardármelo para mí".
En México y Latinoamérica los primeros dos capítulos de la cuarta temporada de la serie ya pueden verse en cines.