En las últimas décadas hemos vivido en una sociedad vista desde la modernidad, afrontando los efectos de individualismo e inseguridad. Esto da como resultado que las parejas elijan relaciones que les sean más fáciles y cómodas.
De ahí surgen distintos tipos de relación de pareja, tal es el caso de las relaciones LAT (Living Apart Together) por sus siglas en inglés. Este tipo de relación o matrimonio ha dado mucho de qué hablar, por ello, entrevistamos a Lupita Venegas, psicóloga y conferencista católica, quien nos compartió acerca de este término.
Se trata de un fenómeno creciente en el que dos personas se comprometen a convertirse en pareja formal, pero con el acuerdo de vivir cada uno en su propia casa. Pueden casarse civil y religiosamente, pero viven separados".
Por lo general, las parejas que optan por tomar esta decisión son personas que disfrutan de la soledad, del tiempo libre, y también de tener sus propios bienes materiales, económicos y gustos.
En el caso de aquellos que deciden casarse les importa mantener su propio espacio y evitar discusiones del hogar, costumbres, decoración, alimentación y muchos otros puntos.
Sin embargo, esta situación nos habla del interés por "disfrutar lo que se tiene sin pensar en el futuro", destacó Lupita Venegas.
Rasgos de las parejas LAT
Típicamente, quienes deciden formalizar una relación de este tipo son personas adultas que han pasado muchos años solteros y han creado una rutina de vida, por lo que les es difícil cambiar su rutina y unirla a la de alguien más.
Sin embargo, también sucede con parejas jóvenes -entre 18 a 25 años- con un perfil similar, donde se busca la aventura y el acuerdo de no tener responsabilidades ni una futura familia.
Son las parejas de "momentos", lo que significa que acuerdan verse de vez en cuando para pasar tiempo juntos y compartir experiencias.
Efectos en las relaciones LAT
Los efectos de una pareja LAT son muchos. Principalmente, comenta Lupita Venegas, sucede que, al haber una falta de compromiso, se corre el gran riesgo de "no donarse por completo al otro por temor al abandono". Recordando la frase: "Amor que no se compromete no es amor".
"No corresponde a la cosmovisión cristiana, en la que vemos al amor como una donación y una entrega, ya que dentro de la cosmovisión cristiana, el amor de pareja ha de ser un amor recíproco. En el que los dos dan prioridad al otro y ambos se consienten, se apoyan, se comprenden y se donan".
En la actualidad, se promueve la cultura del individualismo, donde el centro es el yo, sin importar lo que sienta el otro; basta con que uno mismo esté cómodo y satisfecho.
Las opciones que el mundo nos ofrece suenan muy bien, pero advierte nuestra especialista que en un futuro nos va a cobrar una gran factura.
Volver al verdadero amor
Porque amar verdaderamente no solo es estar cómodos, sino que es estar felices, aun con los esfuerzos que implique y ante cualquier reto, puesto que amar es una decisión diaria y libre en donde se ve por el bien del otro y no solo por el propio.
Ese es el amor que te dará plenitud y te motivará a ser la mejor versión que puedes ser.