Según el doctor Enrique Rojas, catedrático de Psiquiatría y Psicología Médica, "la frustración es un sentimiento negativo de reacción ante algo que ha salido mal, que se ha torcido en la vida ordinaria y puede ser físico, psicológico, profesional, cultural o familiar".
¿Cuántas veces no nos hemos frustrado porque algo no sale como lo teníamos previsto o al primer intento? Por ello, lidiar con la frustración es fundamental en todo ser humano y más cuando se trata de un niño que comienza a experimentar los pequeños y grandes retos de la vida.
En una cultura donde todo lo tenemos al alcance de un clic y de forma inmediata, no sabemos esperar y tener paciencia y esto nos impide gestionar esos lapsos de frustración, más aún en los niños.
A menudo, evitamos que los niños pasen por momentos o situaciones de incomodidad, resolviéndoles inmediatamente los problemas o situaciones que impliquen un reto, de tal forma que se les evita el sufrimiento, y con ello, la posibilidad de gestionar poco a poco sus emociones.
La importancia de la frustración
La frustración no es mala para un niño. Sin embargo, hay que saber encaminarla ayudándolo a comprenderla. Expertos en educación señalan que los niños aprenden llevando una rutina de orden, por lo que se ven afectados cuando esa rutina se interrumpe o cuando algo que quieren -como abrir la tapa de un bote o armar una figura- no sale conforme lo planeaban; en ese momento llegan las pataletas, berrinches y, por lo tanto, la frustración.
Lo importante es que, como padres, se refleje coherencia en lo que le pedimos a los hijos, ya que eso los ayudará a madurar, destacó el doctor Enrique Rojas para Aleteia.
Tolerancia a la frustración
Puedes enseñar a tu hijo a tolerar la frustración enseñándole que hay otras formas de hacer las cosas y haciéndole entender que todo requiere de un esfuerzo, voluntad y constancia.
Estos aspectos le harán ser consciente y cuando, en el futuro, se encuentre con situaciones más difíciles -que pondrán a prueba su tolerancia- sabrá qué hacer. Además, esto le permitirá crecer con buenos hábitos; y, por el contrario, si no se trabaja la tolerancia, el niño irá formando malos hábitos que pueden llevarlo a posibles vicios a causa de buscar una gratificación inmediata.
Tus hijos son una prioridad
Permite que el desarrollo y crecimiento de tus hijos sea primordial, pues mucho de su aprendizaje dependerá del trato y la forma en la que les explicas las situaciones tan cotidianas como estas. No por cotidianas dejan de aportan a su desarrollo integral.
De esto y más nos habla el doctor Enrique Rojas en estos consejos prácticos que comparte para toda la familia de Aleteia en el marco del Congreso Internacional de las Familias 2024.