Frente a la violencia desatada en México -con 180 mil asesinatos dolosos en lo que va de la presente administración de Andrés Manuel López Obrador- y ante la política enarbolada por el régimen de "abrazos, no balazos", la Iglesia católica ha decidido dar un paso inédito en la historia del país: citar a los candidatos a la presidencia de la República para que se comprometan en seguir una estrategia por la paz.
Un salto cualitativo
Dos mujeres y un varón son los tres contendientes a la primera magistratura de México, que celebrará elecciones el próximo 2 de junio: Claudia Sheinbaum Pardo, Xóchitl Gálvez Ruíz y Jorge Álvarez Máynez, respectivamente. Independientemente de los partidos y coaliciones políticas que están detrás de su postulación, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos y Religiosas de México, la Dimensión Episcopal para los Laicos y varias organizaciones de la sociedad civil, esperan que, ahora sí, la seguridad nacional no quede en una mera improvisación.
La situación del país exige estrategias novedosas, adecuadas, justas y, al mismo tiempo, que combatan la delincuencia organizada y el narcotráfico. Se calcula que el 30 por ciento del territorio mexicano se encuentra en manos de los delincuentes. Por lo mismo, estos organismos, liderados por los obispos mexicanos han decidido dar un salto cualitativo: ya no más recomendaciones, ahora se trata de compromisos a seguir para apaciguar al décimo país más poblado del planeta.
¿De qué se trata el compromiso?
El nombre de la cita es el de un Compromiso Nacional por la Paz y se llevará a cabo este lunes 11 de marzo en el Centro Cultural Tlatelolco. El encuentro es, quizá, lo de menos. Lo importante es que ahí se les entregará el documento-guía Estrategias de Política Pública para la Paz, elaborado por cincuenta expertos en seguridad, políticas públicas, diálogos de paz y justicia.
Los expertos hicieron una ruta para restaurar el tejido social, roto en muchos lugares del país por la presencia de los delincuentes. Además, se trata de mejorar la seguridad pública, de administrar la justicia sin partidismos, mejorar sustancialmente al sistema penitenciario (que se ha convertido en el centro de operación de extorsionadores), buscar que los adolescentes y los jóvenes no sean reclutados por el crimen organizado y dotar a los barrios, a las colonias, a las ciudades, a los estados y al país en su conjunto de herramientas para la construcción de la paz.
¿Qué pide este compromiso?
Que quien llegue a la presidencia de la República se comprometa a restablecer las condiciones de paz y a generar un Estado de Derecho que ahora, en México, se encuentra brutalmente deteriorado. México se encuentra "secuestrado" por el crimen. En la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, 59.1 por ciento de la población de 18 años y más consideró inseguro vivir en su ciudad.
Por ello el secretario general de la CEM, el obispo de Cuernavaca Ramón Castro y Castro, alma de este compromiso, resaltó que la estrategia de seguridad desde hace 18 años "no ha dado resultados" y que, ante "la indolencia gubernamental por el incremento del control territorial por parte de la delincuencia", la estrategia tiene que cambiar. Y la paz con justicia debe imperar en México.
Este encuentro responde al movimiento generado por la Iglesia católica y las instituciones que derivó en un Acuerdo Ciudadano por la Paz en México, emanado de una reunión celebrada en Puebla de los Ángeles, en septiembre de 2023. El Acuerdo se encuentra en su segunda fase, convocando a todos los niveles de la población y a los estamentos políticos, empresariales y sociales a unirse a él, reconociendo que "la violencia que vivimos hace tiempo se ha vuelto intolerable".
Derivado de ello se ha formado la Red de Acción para la Paz en México que busca "trascender una cultura de violencia hacia una cultura del cuidado y de la paz" para que se respete "la dignidad de todas las personas sin distinción" y se privilegie "la ética del diálogo, la colaboración y la cultura del encuentro".
Justamente en los compromisos surgidos en Puebla se encontraba "presentar la Agenda Nacional de Paz a todos los candidatos y candidatas a un puesto de elección, sea municipal, estatal o federal"; y eso es lo que va a suceder el 11 de marzo.