La Semana Santa ha comenzado y es la oportunidad perfecta para despojarnos poco a poco de las ocupaciones diarias y encontrarnos con el mismo Jesús, teniendo el propósito vivirlos en silencio y oración.
Guardar silencio no solo implica dejar de emitir palabras, sino también dejar de darle vuelo a nuestros pensamientos, ya que podemos dejar de hablar, pero en nuestra mente puede haber pensamientos tormentosos que nos distraen.
Es salir de la rutina y dejar de preocuparte por las cosas de tu alrededor para profundizar en tu mundo interior, en lo que te sucede, tomando así conciencia de tu presente.
Dar espacio al silencio en tu vida, a la medida de tus posibilidades, abre un diálogo interior. No es solo la ausencia de ruido, sino también lo que te quita la tranquilidad de abrazarte y de descubrir los beneficios de interiorizar en tu alma y acercarte a la presencia viva de Dios.
Descubrimiento interior
Descubrirás una nueva visión de la vida, podrás resolver muchas de tus dudas, porque -finalmente- te das la oportunidad de escuchar la voluntad de Dios; pues lo más importante es lo que Dios tiene planeado para ti y solo en el silencio conoceremos su voluntad.
Si, ya sabemos que no es fácil callar y apartarte, pero al menos hay que intentarlo y esforzarnos. Vale la pena dedicar este espacio para profundizar y escuchar la suave voz de Dios, más en estos días santos.
Hallarás una fuente nueva de energía para fortalecer tu unión con Dios y con su fuerza, que ahora también podrá ser la nuestra, con su aliento, porque serán nuevos aires de libertad y entusiasmo, porque tendremos más motivos para hacer las cosas que más importan.
Frutos del silencio
Al permanecer en silencio, cosechamos frutos que fortalecen varios aspectos internos y externos:
1El perdón
El silencio ayuda a reconciliarnos con nosotros mismos e incluso con los demás, viviendo así un amor genuino.
2Conectar con tus emociones
Analiza las emociones que experimentas a diario, no importa cuál sea, permítete reconocerla y deja de pelear contigo mismo. Una vez que las aceptes podrás ver las cosas con claridad y actuar de forma diferente. El cambio empieza por uno mismo y con ayuda de Dios.
3Valorar tu vida
En el silencio te encuentras con el poderoso camino que te da la claridad del valor de tu vida, de tu salud, de la libertad, del amor de tus seres queridos, de las oportunidades que tienes de amar y de sentir el enorme amor que recibes todos los días de Dios mismo.
Estos días son el gran momento oportuno para que practiques el silencio y te apartes de todo para estar contigo, con la maravilla de tu propia existencia y dejar todo tipo de actividades y el bullicio cotidiano para escuchar mejor el amor de Dios en tu corazón.