La Cuaresma es la oportunidad que los católicos tenemos para progresar en nuestra conversión, y para ello, la Iglesia nos propone tres pilares, que son obtenidos de nuestro Señor Jesucristo: oración, ayuno y limosna.
El mismo Jesús nos dio ejemplo de cómo hacer oración en el Huerto de los Olivos (Mc 14, 38), cuando esperaba al traidor que le entregaría a sus enemigos.
Dos propósitos de la oración
La oración hecha por Jesús tiene dos propósitos:
1Identificarse con la voluntad de Dios
Jesús lo deja muy claro porque, antes de la Cruz, experimenta esa ansiedad y sensibilidad porque era cien por ciento hombre; no como una tentación, sino como un reflejo natural de su humanidad, imponiéndose la voluntad de Dios.
2No desfallecer
En el mismo escenario, mientras Jesús se identifica con la voluntad de Dios, los apóstoles se quedan dormidos, por lo que el Señor les dice que el espíritu es fuerte pero la carne es débil, para que no se descuiden.
Veamos que más tiene decirnos el padre Tadeo sobre la oración de Jesús en el huerto.