Hace un año, Bree Solstad dio un giro radical a su vida. La joven estadounidense había sido actriz y productora pornográfica durante una década hasta que se convirtió al catolicismo en 2023. Bautizada en una iglesia luterana a los ocho años, la joven perdió la fe durante sus años universitarios y vivió un drama personal después.
«Hace unos años viví una tragedia terrible», confiesa a Daily Signal. «En ese momento, recé más fuerte de lo que había rezado en mi vida. Jesús no hizo nada. Sentí que Dios me había dado la espalda, así que hice lo mismo con Él». Pasó los diez años siguientes en el mundo del porno y las drogas.
Sin embargo, en 2023, mientras viajaba por Italia, Bree se sintió profundamente conmovida por la belleza de las iglesias que visitó. Tanto que descubrió que era profundamente amada por Dios. «A partir de entonces, Florencia y Roma se convirtieron en un lugar para rezar y hacer preguntas sobre la teología que hay detrás de algunas de las mejores obras de arte del mundo», recuerda.
Cuando regresó a Estados Unidos, estaba nerviosa. «Me sentía disgustada y tenía un sentimiento de culpa por el trabajo que había estado haciendo durante una década. No podía dejar de pensar en todo lo que había hecho y en toda la gente a la que había perjudicado…»
«Tuve una larga charla con el sacerdote y fue entonces cuando todo cambió de verdad. Cuando me dijo que Dios me amaba, sentí como si una lluvia de cálidas luces blancas cayera sobre mí».
A partir de ese momento, Bree tomó una decisión radical. «He decidido dejar mi trabajo sexual, renunciar a una vida de pecado, riqueza, transgresiones y vana autobsesión», declaró en X (antiguo Twitter). «Renuncio a todos mis ingresos y confío mi vida a Cristo».
De la pornografía a la confección de rosarios
La vida de la joven dio un nuevo giro en la Vigilia Pascual de 2024. Con gran alegría y emoción hizo su Primera Comunión. «Hay tanta riqueza en la fe… Pero lo que más desgarró mi corazón fue la Eucaristía», confiesa Bree. «Mi vida nunca volverá a ser la misma».
En las redes sociales, muestra con valentía su conversión, sin miedo a los juicios ni a las burlas. La joven estadounidense también anima a quienes la observan a no dudar de la misericordia de Dios. «El perdón y la misericordia de Dios son reales», testifica al ser salvada gracias a su divina misericordia.
Desde entonces, dedica toda su vida a servir al Señor. Bree no teme hablar de su amor a Cristo y, siempre que puede, da testimonio de su conversión. Ha decidido dedicarse a la confección de rosarios, que vende por Internet. Pero, sobre todo, no duda en hablar abiertamente de los estragos de la pornografía. También ofrece apoyo a quienes trabajan en la industria del porno y quieren salir de ella, así como a los hombres atrapados en la adicción a estas imágenes. Esta joven radiante vive ahora para dar testimonio del amor de Dios.