separateurCreated with Sketch.

Oración de santo Tomás de Aquino para antes de comulgar

whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Mónica Muñoz - publicado el 26/04/24
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Acercarse a comulgar no debe ser un acto automático, por el contrario, debe existir una preparación previa y consciente porque recibiremos a Cristo

Desde que somos niños y nos preparamos para la primera comunión, aprendemos una serie de oraciones que, quizá en su momento, no entendíamos, debido a nuestra corta edad. Y conforme ha transcurrido el tiempo, las repetimos sin profundizar en su significado. Lo mismo puede ocurrir cuando nos acercamos a comulgar.

Sabíamos, porque así se nos enseñó en el catecismo, que comeríamos el cuerpo y la sangre de Cristo, y nos parecía muy natural que así fuera. Después, nos acercábamos a la comunión de manera automática, sin pensar en que verdaderamente tendríamos a Jesús en nuestra boca y que por unos minutos nos convertiríamos en sagrarios vivientes.

Prepararnos a comulgar para obtener mayor provecho

Sagrada comunión

Por eso, sabiendo que no se trata de un símbolo sino de la promesa de Cristo hecha realidad, es de suma importancia para nuestro provecho espiritual, recibir al Señor bien dispuestos.

El Catecismo de la Iglesia católica dice que se le llama "comunión porque por este sacramento nos unimos a Cristo que nos hace partícipes de su Cuerpo y de su Sangre para formar un solo cuerpo" (CIC 1331). 

La oración de Santo Tomás de Aquino

Santo Tomás de Aquino así lo entendía, por eso, compuso la siguiente oración para rezar antes de la comunión:

Todopoderoso y eterno Dios, me acerco al sacramento de tu Unigénito Hijo, mi Señor Jesucristo, como enfermo al médico de la vida, como manchado a la fuente de la misericordia, como ciego a la luz de la eterna claridad, como pobre y mendigo al Señor del Cielo y de la tierra.

Ruego, pues, Señor, a tu infinita generosidad que dignes curar mi enfermedad, lavar mis manchas, alumbrar mi ceguera, enriquecer mi pobreza, vestir mi desnudez, para que me acerque a recibir el pan de los ángeles, al Rey de los reyes y Señor de los que dominan, con tanta reverencia y humildad, con tanta contrición y devoción, con tanta pureza y fe, con tal propósito e intención como conviene a la salud de mi alma.

Concédeme, te ruego, recibir no solo el sacramento del cuerpo y la sangre del Señor sino también la gracia y virtud del sacramento. Benignísimo Dios, concédeme recibir el cuerpo que tu Hijo Unigénito, nuestro Señor Jesucristo, tomó de la Virgen María, de tal manera que merezca ser incorporado a su Cuerpo Místico y ser contado entre sus miembros.

Padre amantísimo, concédeme contemplar cara a cara en el cielo por toda la eternidad a tu amado Hijo, a quien ahora en mi estado de peregrino y bajo el velo del sacramento me dispongo a recibir, que siendo Dios vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos.

Amén

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

banner image
Top 10
See More
Newsletter
¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.