La 77ª edición del Festival de Cannes se celebra hasta el 25 de mayo. Es probablemente uno de los acontecimientos más sonados del mundo cada año. Acoge a 35 mil festivaleros, entre actores, productores y locutores, durante doce días dedicados al séptimo arte. Un año más, al anochecer, la Plage Macé de la Croisette, justo enfrente del hotel Majestic, se transforma en un cine al aire libre. El nombre de Croisette es digno de mención.
La Croisette es una larga playa de arena blanca y fina. Sigue la forma circular de la bahía de Cannes, desde el Palacio de Festivales hasta Port Canto, a lo largo de casi tres kilómetros.
La gente acude en masa al amplio paseo peatonal de la Croisette y al bulevar del mismo nombre, bordeado por hoteles de lujo que desde hace años tienen sus pantalanes en el mar: el Carlton, el Martinez, el Majestic… Sus "playas privadas", con mullidos colchones y generosas sombrillas, compiten cada temporada por convertirse en "la playa de moda". Quioscos de diseño en color helado y azul laguna jalonan este prestigioso paseo marítimo.
Desde 2017, el Atelier d'Urbanité Roland Castro y la agencia internacional de arquitectura Snøhetta trabajan en la remodelación de este legendario paseo marítimo. La Croisette reinventa su leyenda…
Una cruz que nadie busca
La Croisette es un lugar de ensueño, pero ¿conoce el origen de su nombre? Proviene de una pequeña cruz sin oro ni lentejuelas. Todavía existe, pero nadie la busca. La encontrarás al final del aparcamiento de Palm Beach, con vistas al mar, cerca del antiguo Palacio de Festivales. Los fotógrafos se agolpan menos ante esta réplica de otra época…
En la Edad Media, la Croisette era un pantano atravesado por una ruta de peregrinación. Los peregrinos se dirigían a Saint-Honorat, la gran abadía benedictina fundada en el siglo V en la isla de Lérins. Se reunían ante una sencilla cruz de madera antes de realizar la travesía. Su presencia aquí está atestiguada desde 1370. ¿Era realmente peligrosa la travesía? Hoy en día, se puede llegar a la isla de Saint-Honorat en 15 minutos en lancha motora. Denominada "isla santa" a finales de la Antigüedad e "isla sagrada" a finales de la Edad Media, sigue siendo el único monasterio insular occidental que ha sobrevivido desde el siglo V hasta nuestros días.
Ir a Saint-Honorat era como peregrinar a Tierra Santa. En la Edad Media, los mendigos acudían en masa a la Croisette, evitando quedarse atrapados en el barro, con la esperanza de salvar sus almas. ¿Un mensaje que sigue vigente hoy en día?