Cristo quiso quedarse físicamente en el mundo a través de un pan consagrado llamado Eucaristía. “Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”, aseguró después de resucitar, según el Evangelio de Mateo.
Pero igual que en aquel siglo I en Palestina, muchos responden a su presencia con frialdad, indiferencia e incluso ataques.
El uso de la palabra “hostia” sin respeto, los desprecios al Santísimo, la profanación de sagrarios… duelen a los que creen en esa presencia real de Dios. ¿Cómo reaccionar?
¿Y si tratáramos de convertir esa circunstancia en una oportunidad? ¡"En todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman"!, escribió san Pablo.
Ante los agravios a la Eucaristía, el Papa Francisco anima a seguir luchando por creer y amar, esperar en Jesús, orar al Padre y juntos pedir perdón y reparar. Así lo aconsejó en una ocasión en que se faltó al respeto a la fe cristiana en Argentina:
“Jesús ya nos había advertido que sucederían estas cosas y, con mucha ternura, nos dijo que no tuviéramos miedo, que somos su pequeño rebaño, que perseveráramos en la lucha por la fe y en la caridad, esperando en Él, orando con verdadera confianza de hijos al Padre que nos quiere. Frente a esta blasfemia que avergüenza a nuestra ciudad les pido que, todos unidos, hagamos un acto de reparación y petición de perdón”.
Para reparar las ofensas a Cristo Eucaristía
Son muchas las oraciones que los católicos rezan para reparar las ofensas a Cristo Eucaristía. Por ejemplo las llamadas Alabanzas de desagravio:
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su Gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.
Amén.
Acto de desagravio de Pío XI
Algunos rezan también el Acto de desagravio de Pío XI, en el que se inspira la siguiente oración de reparación a Cristo Eucaristía:
Dulce Jesús, que nos amas tanto,
y que a menudo recibes a cambio olvido y desprecio:
venimos humildemente ante tu altar
para reparar tanta frialdad, tantas heridas que hieren tu Corazón.
Querido Jesús, necesitamos tu divina misericordia,
queremos reparar las faltas de amor, las nuestras y las de los que no te aceptan.
Nos ofrecemos para pagar por tantos pecados,
uniéndonos, junto a la Virgen María y los santos,
al sacrificio que ofreciste un día en la cruz al Padre para reconciliarnos con Él
y que se renueva en nuestros altares en cada Misa.
Queremos con todas nuestras fuerzas, con tu gracia,
ayudar a reparar nuestra miseria e indiferencia
con una fe cada vez mayor y un compromiso con tu ley, del amor,
esforzándonos por impedir que hablen mal de Ti
y por atraer a tu corazón a todos los que podamos.
Buen Jesús, que a través de nuestra Madre María que repara
podamos desagraviarte y serte fieles,
compartiendo tu gloria para siempre.
Amén.