Los santos fueron hombres corriente. Tuvieron un hogar, padres, pasiones, problemas y alegrías. El primer lugar donde formaron su santidad fue, a menudo, el hogar, y dentro de él - la madre. He aquí lo que cinco santos (y candidatos a los altares) dijeron de sus madres.
1SAN JUAN PABLO II SOBRE SU MADRE EMILIA
San Juan Pablo II perdió a su madre cuando solo tenía nueve años. No la mencionaba a menudo, pero escribió un poema sobre ella.
Yo perdí a mi madre incluso antes de mi Primera Comunión, a los 9 años, y por eso la recuerdo menos y soy menos consciente de su contribución a mi educación religiosa, que fue ciertamente muy grande ('Don y misterio').
Emilia - Mi madre
Madre
Sobre tu blanca tumba
florecen las flores blancas de la vida -
Oh, cuántos años han pasado
sin ti, espíritu alado.Sobre tu blanca tumba
cerrada durante tantos años,
la calma circula con una fuerza extraña,
con una fuerza, como la muerte - inconcebible.Sobre tu blanca tumba
el silencio irradia luminosidad,
como si elevara algo,
como si alimentara la esperanza.Sobre tu blanca tumba
me arrodillé con mi dolor -
oh, cuánto tiempo hace -
qué pequeña parece hoy.Sobre tu blanca tumba
Oh Madre - Amor extinguido -
mis labios susurraron impotentes:Concédele el descanso eterno.
2SAN AGUSTÍN DEBE SU CONVERSIÓN A SU MADRE SANTA MÓNICA
La madre de san Agustín, santa Mónica, pasó muchos años rogando a Dios por la conversión de su hijo. Y lo pidió. Así la recuerda su hijo:
También fue la sierva de Tus siervos. Cualquiera de ellos que se encontraba con ella, Te glorificaba, Te honraba y Te amaba en ella. Pues sentía Tu presencia en su corazón, de la que daba testimonio toda su santa vida. Tuvo un solo esposo. A sus padres devolvió lo que había recibido de ellos. Cuidó de su casa con esmero y piedad y fue célebre por sus obras de caridad. Educó a sus hijos y revivió su dolor maternal cada vez que los vio partir. (Confesiones)
3SANTA TERESITA SOBRE SU MADRE CELIA
Santa Teresita no disfrutó mucho tiempo de la relación con su madre, ya que esta partió hacia Dios cuando la niña solo tenía cuatro años. Sin embargo, la beata Celia permaneció en su memoria:
¡En su amor, Jesús quiso, sin duda, que yo supiera qué incomparable Madre me había dado, antes de apresurarse a coronarla en el Cielo con su divina mano!… ¡Complació al Buen Dios rodearme durante toda mi vida de amor; mis primeros recuerdos están llenos de sonrisas y de las más tiernas caricias!… pero si me rodeó de tanto amor, también llenó de él mi corazoncito, haciéndolo cariñoso y sensible; yo también quería mucho a papá y a mamá, y -siendo muy efusiva- les demostraba mi ternura de mil maneras"
4DOLINDO RUOTOLO Y SU MADRE SILVIA VALLE
El padre Dolindo Ruotolo aun no ha sido elevado a los altares; su proceso de beatificación está en curso. La vida de este hombre extraordinario estuvo muy influida por su madre, Silvia, una noble piadosa:
Recuerdo que siempre estaba cerca de ella, sobre todo cuando rezaba. En aquella época yo aún no sabía rezar, pero me gustaba estar cerca de ella.
Mi madre me contaba que, cuando iba a la iglesia a comulgar, yo la esperaba en la puerta de casa y la besaba para saludarla; ella acercaba sus labios para transmitirme el aliento de Jesús Sacramentado que acababa de recibir en su corazón, y creo que por eso la esperaba con tanta impaciencia.
5SAN PIO SOBRE SU MADRE GIUSEPPA
San Pío habló brevemente, pero con gran emoción y lágrimas en los ojos, de su madre:
Omnis gloria eius ab intus (Toda su gloria es desde dentro): su grandeza brota entera y exclusivamente de la magnificencia de su alma.