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Es emocionante la llegada del primer bebé, un nuevo integrante que llega a transformar el hogar. Sin embargo, esta etapa de transición puede llegar a ser difícil para las mujeres porque les cuesta aceptar su nueva identidad de mamá.
La psicóloga, tanatóloga, especialista en duelo gestacional y madre de una pequeña, Mayela Gutiérrez, explica el proceso por el que pasa la mujer en esta etapa y las formas de manejarlo, pues si no se da una buena dirección en ese momento, puede empeorar el estado de ánimo.
El duelo que experimenta la mamá primeriza

Es inevitable vivir un duelo en esta etapa, ya sea por ver los cambios corporales, la reducción del tiempo para una misma o el hecho de que una persona depende totalmente de ti (y más en los primeros años de vida).
"Todas las pérdidas generan un duelo, no solo las muertes. En este caso, la maternidad implica un cambio tras otro desde que comienza el embarazo. (...) Muchas sienten que dejan de ser la mujer y ahora son "la mamá de...", algunas mamás incluso mencionan sentirse ignoradas, porque desde que son visitadas en el hospital, la atención se vuelca al bebé".
La nueva mamá puede llegar a sentir este abandono así misma, porque en su nueva etapa tiene que bajar el foco en sus propias necesidades para centrarse en las del bebé. Este duelo también puede presentarse por la sensación de que la mujer independiente y trabajadora está esfumándose, aunque en realidad, ser madre es un don nuevo que viene a adaptarse en la esencia femenina.
Los factores que pueden llegar a agravar esta tristeza son problemas económicos, de pareja o desajustes hormonales.

Síntomas
La psic. Mayela menciona que es necesario prestar atención a estos síntomas, principalmente para diferenciar la melancolía propia del inicio de esta etapa -llamada "baby blues"- de la depresión postparto:
- Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día.
- Ausencia o aumento de apetito, así como pérdida importante de peso.
- Disminución de interés o placer por actividades cotidianas.
- Insomnio, fatiga o pérdida de energía.
- Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva.
- Falta de concentración.
- Pensamientos de muerte recurrentes.
Todos estos síntomas deben ser recurrentes para considerarse como depresión post parto. Los pensamientos de muerte ya son un signo que requiere atención inmediata.

¿Cómo procesar este tiempo de transición?
Para manejar de mejor forma este duelo es necesario encontrar el equilibrio entre todas las versiones de la mujer. Al principio es difícil pero, como todo proceso de adaptación, no imposible.

Desde el embarazo, la mujer puede empezar a hacer cambios en su vida diaria para que la transacción sea más digerible. Esto incluye cambiar horarios de trabajo, actividades que puede hacer antes y después de que el bebé nazca, hacer ejercicio (mientras el médico lo permita), consentirse con algún rato de autocuidado o buscar acompañamiento psicológico preventivo.
Es fundamental tener una buena red de apoyo, en especial con la pareja, pero también pueden ser familiares o amigos. Esto permitirá a la mamá contar con espacios seguros en los que podrá desahogarse y encontrar apoyo cuando requiera de un momento a solas.
La experta también menciona la importancia que tiene, para la mujer, vivir todas estos cambios, que son una expresión de la esencia misma de la mujer. Aunque es difícil el proceso de adaptación, la maternidad es una experiencia única e irrepetible y es importante abrazar esta nueva etapa.
“Me ayudó mucho pensar que Dios me estaba confiando una nueva misión de vida, una nueva etapa en la que se iba a requerir mucho sacrificio, pero también me estaba invitando a ser co-creadora de vida junto con Él, por lo que comencé a ver la maternidad como un proyecto que requería de esfuerzo y que valía mucho la pena”.


