Campaña de Cuaresma 2025
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En el Evangelio del día, Jesús es rechazado no por lo que hace, sino por lo que representa, un hombre que se dice Hijo de Dios. A pesar de sus milagros y enseñanzas, muchos prefieren aferrarse a su imagen limitada de Dios antes que abrir el corazón.
La fe no nace de ver más, sino de dejarse tocar por la verdad. Hoy, igual que entonces, la decisión sigue siendo personal: ¿cerramos el corazón o dejamos que sus obras hablen por sí mismas?
El padre Giovanni nos invita a reflexionar:
¿Por qué nos cuesta aceptar que Dios actúe de formas que no esperamos?
En este evangelio, los judíos quieren apedrear a Jesús. ¿El motivo?
"No te apedreamos por una buena obra, sino por blasfemia: porque tú, siendo hombre, te haces Dios."Jesús ha sanado, ha enseñado con autoridad, ha revelado el amor del Padre…
Pero todo eso no les basta. Prefieren quedarse con su imagen limitada de Dios antes que abrir el corazón a quien tienen delante.Jesús les responde con calma pero con claridad:
"Si no hago las obras de mi Padre, no me crean; pero si las hago, crean en las obras, aunque no crean en mí."Muchos hoy dicen: “Si Dios hiciera un milagro, yo creería.”
Pero los que estaban frente a Jesús vieron milagros con sus propios ojos… y aún así no creyeron.Porque la fe no nace de ver más, sino de abrir el corazón.
Jesús no se defiende con gritos, sino con obras
Él no entra en discusiones vacías. Sus acciones hablan más fuerte que sus palabras.
Y cuando intentan arrestarlo, Jesús se retira. Porque Dios no fuerza la fe, la propone con amor.
¿Qué haces tú cuando la verdad de Jesús te incomoda?
¿La rechazas? ¿La ignoras? ¿O permites que transforme tu vida?
Muchos lo rechazaron, pero otros creyeron:
"Muchos acudieron a Él y creyeron en Él."Hoy la elección es tuya:
¿Vas a seguir endureciendo el corazón o vas a dejar que las obras de Jesús hablen por sí mismas?


