El poder de las palabras es importante, y sabemos que en las redes sociales predomina el mal uso de éstas, incluso el insulto y la denigración; El Manifiesto de la comunicación no hostil es una iniciativa surgida en el contexto de un simposio celebrado en Trieste (Italia) que nos recomienda «un estilo positivo» en la red, mediante el uso cuidadoso del lenguaje, de las propias palabras.
Piensa antes de escribir
Se trata de un decálogo de sentido común que todos pueden entender y que vale la pena difundir, por lo que Aleteia lo reproduce íntegro:
- Virtual es real – Digo y escribo en la red solo las cosas que tengo la valentía de decir en persona.
- Sé lo que se comunica – Las palabras que elijo relatan la persona que soy: me representan.
- Las palabras dan forma al pensamiento – Me tomo todo el tiempo necesario para expresar lo mejor posible mi pensamiento.
- Antes de hablar hace falta escuchar – Nadie tiene siempre razón, tampoco yo. Escucho con honradez y apertura.
- Las palabras son un puente – Elijo las palabras para comprender, hacerme entender, acercarme a los demás.
- Las palabras tienen consecuencias – Sé que cada una de mis palabras puede tener consecuencias, grandes o pequeñas.
- Compartir es una responsabilidad – Comparto textos e imágenes solo después de haberlos leído, valorado, comprendido.
- Las ideas se pueden discutir. Las personas se deben respetar – No convierto a quien sostiene ideas que no comparto en un enemigo al que hay que eliminar.
- Los insultos no son argumentos – No acepto insultos ni agresividad, ni tan siquiera a favor de mi tesis.
- También el silencio comunica – Cuando la mejor elección es callar, callo.
Virtudes de la comunicación
Este es un decálogo que relanza las antiguas virtudes de la comunicación interpersonal, avasalladas por el estilo nervioso, rápido, desligado de reglas y de normas y, a menudo, brutalmente agresivo en que se han convertido las redes sociales en el mundo.
Y es de gran valor que este colectivo italiano haya lanzado esta iniciativa para el mundo digital: finalmente, los esfuerzos que se hagan por humanizar las redes sociales, son loables donde quiera que se presenten.