¿Alguno de tus hijos es difícil de controlar? ¿Copian todos tus malos hábitos? ¿Te preocupa la predisposición del pequeño a los berrinches y las rabietas?
Bueno, no estás solo. Los santos Luis y Celia Martin, padres de santa Teresa de Lisieux, pasaron por los mismos problemas y tuvieron que discernir cómo resolverlos.
Claro está que ellos terminaron siendo los santos padres de niñas santas, pero la paternidad tampoco les resultó fácil y no siempre daban con las respuestas correctas.
Lo que sí hicieron fue perseverar y seguir esforzándose para satisfacer las necesidades de sus hijas y criarlas en un hogar de amor.
Aquí tienes cinco consejos útiles para padres de parte de los santos progenitores de la Pequeña Flor, que -a pesar del cambio de épocas- serán de utilidad para resolver las dificultades cotidianas a las que se enfrentan todos los padres en su deseo de formar niños virtuosos en el mundo moderno.
1Conságralos a Dios desde el mismísimo comienzo
Celia tenía la costumbre de consagrar a sus hijos a Dios inmediatamente después de dar a luz, usando la siguiente oración.
Señor, concédeme la gracia de que este niño Te sea consagrado y que nada venga a empañar la pureza de su alma.
Aunque los frutos de esta consagración no eran inmediatamente evidentes, pone de manifiesto la dedicación que ponía en su forma de educar. Quería que todos sus hijos fueran santos, pero no esperó a trabajar por ese objetivo. Sabía que el "ahora" era el mejor momento para empezar.
2Ama con abundantes cantidades de afecto
Es fácil olvidar que nuestros hijos tienen una gran necesidad de recibir nuestro amor ¡y en grandes cantidades! Luis y Celia amaban a sus hijas con un gran cariño, se aseguraban de que todas supieran el grandísimo amor que sentían por ellas. Céline Martin escribió sobre su padre: "Aunque duro consigo mismo, siempre era cariñoso con nosotras. Se desvivía por nosotras. Ningún corazón de madre podía sobrepasar el suyo".
Una de las formas en que Luis expresaba su cariño era usando apodos afectivos para sus hijas que expresaran su amor particular por ellas. A Marie la llamaba "Diamante"; a Pauline "Fina Perla"; a Céline "Intrépida", "Léonie de buen corazón"; y a Teresa "Pequeña reina" o "Ramillete".
3No te rindas si tu hijo es difícil
Celia tranquilizaba a su hermano en una carta para que no se preocupara si algún joven era difícil de manejar.
"No te intranquilice si descubres que tu pequeña Jeanne manifiesta mal genio. Eso no evitará que madure hasta ser una excelente muchacha más adelante, y que incluso sea tu consuelo. Recuerdo que Pauline, hasta los dos años, era igual, y yo estaba angustiadísima con ella… y ahora es la mejor de todas. Pero debo decirte que tampoco la consentí. Por pequeña que fuera, nunca permití que se saliera con la suya".
Pauline no fue la única en la familia Martin que generó estrés parental. Tanto Teresa como su hermana Léonie mortificaron a su madre Celia. Sin embargo, Celia y Luis no se rindieron y continuaron esforzándose aunque su trabajo pareciera infructífero al principio.
4Sé un ejemplo de caridad
Nuestros hijos imitan todos nuestros actos, para bien y para mal. Luis y Celia hicieron lo posible para servir de modelo a sus hijas con el trato al prójimo. Céline escribió que su padre era paciente con los demás, incluso cuando le trataban con dureza.
"Una ocasión le acompañé a cobrar la renta de la casa de una inquilina; era en la calle principal de Lisieux. La mujer se negó a pagar y corrió tras él profiriendo insultos. Yo estaba horrorizada, pero él permaneció tranquilo y no pronunció réplica alguna, tampoco se quejó de ella después".
¿Cómo podemos esperar que nuestros hijos sean pacientes y amables con otras personas si primero nosotros mismos no somos ejemplos de ello?
5¡Diviértete con ellos!
En la actualidad, la tentación de dejar a los niños delante de una pantalla es enorme, y entre más cedemos a esa tentación, menos tiempo dedicamos tiempo a jugar con ellos. Sin embargo, a veces nuestros hijos necesitan nuestra atención, incluso en el reino de los juegos.
Céline escribió que su madre "incluso jugaba con ellas de buena gana, a riesgo de que sus propias labores diarias se alargaran luego hasta medianoche o después". Luis se unía también a los juegos y a menudo elaboraba pequeños juguetes para sus hijas, inventaba juegos y les cantaba canciones.
Ahora, con estos sabios consejos de los santos, ¡adelante con tu misión! Cuando las cosas se compliquen y parezca imposible, recuerda que Dios no los confió a tu cuidado por equivocación. ¡Puedes hacerlo!