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El mutismo selectivo se presenta en niños que tienen entre 5 y 8 años de edad. Se caracteriza por la incapacidad que presenta el niño para hablar en determinadas situaciones sociales específicas; comúnmente, el niño habla con total normalidad en la casa, pero no en la escuela o con sus compañeros de clase. Esta alteración tiende a durar al menos un mes y no es fácil de detectar en forma temprana.
Es un trastorno poco común que suele darse con mayor frecuencia en mujeres que en hombres. Esta especie de fobia social produce diversos síntomas que se presentan a continuación:
1selectividad
El niño se comunica con normalidad en determinados ámbitos sociales, como por ejemplo su propia casa; sin embargo, en otras situaciones sociales, como la escuela, el niño no emite ninguna palabra. Cuando se encuentra frente a sus compañeros, juega sin problemas, pero sin emitir ningún tipo de palabra.
2duración
Esta alteración dura al menos un mes y no se limita al inicio de la etapa escolar, cuando la mayoría de los niños se muestran tímidos. El mutismo selectivo puede durar algunos meses o incluso permanecer por algunos años. En este caso, los síntomas de ansiedad suelen evolucionar hasta convertirse en crónicos.
3Características personales
El niño que padece mutismo selectivo suele ser demasiado tímido, controlador o negativo en casa y muestra enojo por cualquier motivo. Asimismo, suele tener dificultades para separase de su madre, se aísla socialmente y presenta cierto grado de rechazo social.
4métodos alternativos de comunicación
Es común que, cuando el niño se encuentra en situaciones sociales que le generan un alto nivel de ansiedad, se comunique a través de gestos o escribiendo en un papel para poder darse a entender por los demás. Sin embargo, en otras ocasiones, simplemente se limita a afirmar o negar.
5vida cotidiana
El niño presenta importantes limitaciones sociales e interpersonales. En muchas ocasiones, esta alteración se ve reflejada en un rendimiento escolar por debajo del adecuado. Por ello, resulta importante el tratamiento temprano para evitar que esta situación se agrave con el tiempo.
El impacto que genera el afecto
El mejor remedio es el afecto y la cercanía al hijo que pasa por esta dificultad personal. Es importante que los padres tengan claro que esto no se debe a un trastorno generalizado del desarrollo, o a un trastorno psicótico, sino a aspectos afectivos y conductas relacionadas con el contexto familiar.
Por ello, si la situación comienza a extenderse en el tiempo, la asesoría profesional podrá brindar herramientas útiles a padres e hijos.