La infancia es la edad de la inocencia, los grandes sueños y la risa. Es una etapa maravillosa, pero a veces difícil de guiar. Los pequeños buscan comprender el mundo y, para ello, necesitan experimentar sus límites. La tarea de educar de los padres es esencial e insustituible, marcando límites y guiando a los niños hacia lo que es bueno.
Los niños siempre agradecen crecer en un hogar donde hay reglas claras, siempre que sean justas y coherentes. He aquí cinco consejos para ayudar a criar niños con un comportamiento controlable:
1Amor
Aunque hagas todo lo posible para que tus hijos estén contentos, a veces es difícil conseguir que te obedezcan. Sin embargo, lo que buscan por encima de todo es sencillo: tu amor. Crear un clima de ternura en la familia es fundamental, ya que contribuye indirectamente a la educación y el desarrollo de los hijos.
Gary Chapman es un consejero matrimonial muy conocido entre las parejas gracias a su libro Los cinco lenguajes del amor. Su premisa: aunque se quieran, no siempre es fácil comunicarse. Distingue cinco formas de expresar el amor según la personalidad de cada uno: palabras de afirmación, tiempo de calidad, regalos, actos de servicio y contacto físico. Para encontrar el lenguaje del amor que entiende tu hijo, pregúntale simplemente: "¿Cómo sabes que te quiero?"
2Ayuda visual
No siempre es fácil para los niños encontrar su lugar en la familia. Los psicólogos dicen incluso que algunos niños exageran de forma natural sus propios rasgos de carácter para destacar entre sus hermanos. ¿Por qué lo hacen? Creen que el amor es un juego de suma cero. Por eso temen ser menos queridos que sus compañeros. Pero el amor no se divide por el número de hijos. Al contrario, se multiplica.
Para visualizarlo, te proponemos una idea: dibuja en un folio dos corazones grandes (uno para la mamá y otro para el papá), seguidos de corazones pequeños de idéntico tamaño en el interior, con los nombres de pila de los niños (o una foto). Así se demuestra que cada uno tiene su sitio y es tan querido como los demás. Este dibujo puede exponerse en un lugar donde toda la familia pueda verlo; por ejemplo, en la nevera de la cocina.
3Historias
"En el principio era el Verbo", dice San Juan en el prólogo de su Evangelio. La Palabra da vida. Analógicamente, las palabras tienen el poder de dar vida y motivación a personas de todas las edades.
Siempre es buena idea resumir la historia de amor de la que forma parte tu hijo, si es posible con fotos. Puedes contar la historia de su relación como pareja y como padres, describiendo el embarazo y cómo acogieron a tu hijo cuando nació o fue adoptado. Comenta las alegrías y los sufrimientos que experimentaron, poniendo en palabras las emociones que vivieron.
De este modo, tus hijos podrán entender si han interpretado falsamente ciertos incidentes del pasado como una señal de falta de amor por tu parte o la de tu cónyuge. Esto les ayudará a liberarse de la ansiedad.
4Tiempos fuera
A veces, tus hijos necesitan un tiempo fuera. Cuando un niño se pasa de la raya, aislarle durante unos minutos en su habitación puede ayudar a calmarle y evitar conflictos en la familia. La duración del tiempo fuera depende del niño y del contexto, pero los psicólogos recomiendan no más de 10 minutos a partir de los tres años.
Después del tiempo fuera, es importante comentar la situación con el niño. Puedes hacerle preguntas como: "¿Cómo te sientes? ¿Por qué has actuado así? ¿Cómo te sientes al respecto? ¿Puedes portarte mejor? Si te portas mejor, ¿en qué te ayudará?"
5Comprender las emociones
Canalizar las emociones es el trabajo de toda una vida. Poner nombre a las emociones ayuda a los niños a aceptarlas, a tomar distancia de ellas y, por tanto, a mejorar su autoestima y su autocontrol. Puedes ayudarles a trabajar en este sentido enseñándoles a reconocer y relacionar sus sensaciones físicas (lágrimas, congelación, flotación, cara sonrojada, ganas de salir corriendo…) con sus emociones, preguntándoles qué les hace sentirse así y qué necesitan cuando experimentan estos sentimientos.