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Puede ser muy difícil abordar la paternidad desde una perspectiva amplia. Las pequeñas distracciones y los problemas menores son interminables y es fácil olvidar el propósito detrás de todo. Por eso he ideado dos preguntas que hago a mis hijos todos los días para mantener a toda la familia centrada en lo que es más importante para nosotros.
Una perspectiva amplia, por supuesto, es el camino hacia el Paraíso, el objetivo de nuestra vida terrenal. Es nuestra labor como padres el criar a hijos cuyos ojos estén fijos en esa intención eterna. Sin embargo, para muchos de nosotros, es difícil tener una oportunidad de dar un paso atrás y pensar sobre si estamos orientando o no a nuestros hijos hacia esa misión.
Hace unos pocos meses, me sentía enredada por las exigencias de la vida diaria y sabía que tenía que hacer algo de forma diferente. Quería encontrar una manera de hacer que esa misión formara parte de nuestra vida diaria. Así que me tomé algún tiempo para pensar en ello e ideé estas dos preguntas que hago a mis hijos cada noche durante la cena en familia.
Estas preguntas nos ayudan a todos a mantenernos conscientes de esa visión más amplia sobre nuestra vida en la tierra. Al hacerles esas preguntas todos los días y hacer que esas preguntas sean parte de nuestra cultura familiar, tengo más claro que estoy criando a mis hijos para centrarse en lo más importante.
¡Espero que estas preguntas puedan ayudarte a ti también! Prueba a preguntárselas a tus hijos durante una semana o dos y observa si hay alguna mejoría sutil. Estas preguntas entrenan a los niños a buscar oportunidades para ayudar y ser agradecidos cada día, y eso hace que toda la familia sea más feliz y que el hogar tenga más paz.
1¿Qué actos de servicio has hecho hoy?
Todos los días pregunto a cada uno de mis hijos qué ha hecho para ser de ayuda a otra persona. Prestar servicio a los demás es una de las partes más definitorias del ser cristiano. Hacer esta pregunta recuerda a mis hijos que tienen que buscar formas de servir a los demás y que esos actos de servicio los hacen parecerse más a Cristo.
A menudo, estos actos de servicio son cosas muy pequeñas. Podría ser compartir un juguete con un hermano, ofrecer un aperitivo a un niño más pequeño, ayudar a preparar la cena, limpiar los juguetes o desabrochar el cinturón del coche a su hermana pequeña. Pero son estas “pequeñas cosas llenas de amor” las que suman para vivir toda una vida de santidad.
Si hay una cosa que quiero que mis hijos sean, esa es “hombres y mujeres para los demás”. Servir a los demás es lo que da significado y propósito a la vida.
Mi “perspectiva amplia” como padre o madre es criar a personas que busquen oportunidades para servir a los demás todos los días y en todo tipo de formas. Cuando hago esta pregunta, sé que se enseña y se refuerza en nuestro hogar la atención hacia el servicio.
2¿Por qué motivos quieres dar gracias hoy?
Está bien documentado que dar gracias todos los días te hace más feliz. Investigaciones confirman lo que muchísimos de nosotros ya sabíamos:
Los beneficios de la gratitud diaria son una razón por la que animo a mis hijos a dar gracias cada día. Pero también refuerzo este hábito porque fortalece su relación con Dios.
Esta pregunta recuerda a mis hijos que todas las buenas cosas vienen de Dios y que Le debemos dar gracias por todas esas bendiciones. Es bueno para todos nosotros dedicar este tiempo a pensar sobre las bendiciones de cada día y dar gracias por ellas.
Estas preguntas son bastante simples. Sin embargo, a lo largo de los días y las semanas y los meses y los años que las pregunte todas las noches, mis hijos estarán recibiendo un mensaje consistente: “Da gracias a Dios por todas las cosas buenas que tienes. Luego comparte las bendiciones que Dios te ha dado a través del servicio a los demás con tu tiempo y tus talentos”.
Es un mensaje que rezo por que lleven consigo toda la vida. Mi esperanza es que hacer estas preguntas todos los días construirá hábitos de servicio y gratitud, para que mis hijos centren su vida en estas virtudes a largo plazo.