Sobre las 4.00 am de este miércoles 24 de noviembre, según pudo constatar Aleteia, una explosión se registró en las puertas del edificio donde funciona la Conferencia Episcopal de Bolivia ubicado en la ciudad de La Paz.
Medios como El Deber indicaron este miércoles que Bomberos se trasladaron al lugar para determinar qué tipo de artefactos fueron los utilizados.
Desde la diócesis de San Ignacio de Velasco se difundió un video a través de las redes sociales en el que se muestra a una persona encapuchada colocando algo en la puerta, tras lo cual se produce una explosión.
En investigación
En la tarde de este miércoles, el tema estaba siendo investigado a nivel local. Al tiempo que se recordaba que los daños no han sido menores.
“En el lugar observamos daños materiales de poca consideración, en la puerta y sobre la acera. Se colectaron algunos indicios, los cuáles serán remitidos a investigación para determinar las causas de los hechos”, dijo el subteniente Daniel López.
¿Qué dijo la Iglesia?
De manera paralela, en la tarde de este miércoles, la propia Iglesia se pronunció sobre la explosión. Lo hizo a través de un comunicado difundido en el portal Iglesia Viva.
“A pesar de que los daños materiales en la estructura son reparables, exhortamos a los autores del hecho, considerar que su acción pudo dañar a personas inocentes”, indicó el comunicado dado a conocer por Padre Ben Hur Soto, secretario para la Pastoral de la Iglesia de Bolivia.
“Como Iglesia católica, llamamos nuevamente al respeto de la vida y al encuentro fraterno entre hermanos”, se agregó.
En tanto, una vez más surge la pregunta, ¿por qué ha sucedido este hecho violento y qué se busca con esta agresión a la Iglesia?
Por lo pronto, ni bien se siguen buscando respuestas, en las últimas semanas la Iglesia también ha sufrido agresiones tras el caso de una niña embarazada de 11 años tras ser violada y que se oponía a ser sometida a un aborto (algo que finalmente aconteció).
A raíz de esta tragedia, la Iglesia fue acusada de haber intervenido en la decisión de la niña y su madre. Todo esto derivó en varias agresiones a iglesias, además de la propia sede de la Conferencia Episcopal.