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Santa Margarita de Hungría, dominica por destino y por decisión

SAINT MARGARET
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Dolors Massot - publicado el 17/01/22
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Sus padres, rey y princesa, prometieron que su hija sería dada como monja a un convento si lograban sobrevivir a los enemigos...

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Santa Margarita de Hungría nació el 27 de enero de 1242. Era hija del rey Bela IV y de María Laskarina, princesa de Nicea.

Margarita de Hungría nació en el castillo de Klis, actual Croacia-Eslavonia, a donde su familia había huido a causa de las invasiones de los mongoles.

Sus padres prometieron que su hija sería dada como monja a un convento si lograban sobrevivir a los enemigos. Así ocurrió.

Margarita, entonces, fue educada durante 7 años en el monasterio dominico de Veszprem.

Los reyes ordenaron construir un monasterio en la Isla de los Conejos, cerca de Buda, en honor a la Santísima Virgen.

Cuando cumplió diez años, Margarita fue trasladada allí. Sorprendentemente, otras cien muchachas de casa noble decidieron ingresar como dominicas ese día.

Margarita llamaba la atención por su sobriedad, su pobreza y su espíritu de mortificación.

Pudo haber renunciado a los votos porque la familia real quería casarla con Otakar II de Bohemia, con el duque de Polonia y con el rey de Sicilia, pero ella prefirió seguir entregada a Dios en la vida religiosa.

Margarita murió el 18 de enero de 1271, mientras rezaba el salmo “In Te, Domine speravi”, cuando llegó a las palabras "en tus manos".

Desde entonces se la venera y se le atribuyen muchos milagros, aunque oficialmente es santa de la Iglesia católica desde 1943.

Santa patrona

Santa Margarita de Hungría es mediadora de la tranquilidad y la paz.

Del salmo 31

Del maestro de coro. Salmo de David.

Yo me refugio en ti, Señor,

¡que nunca me vea defraudado!

Líbrame, por tu justicia

inclina tu oído hacia mí

y ven pronto a socorrerme.

Sé para mí una roca protectora,

un baluarte donde me encuentre a salvo,

porque tú eres mi Roca y mi baluarte:

por tu Nombre, guíame y condúceme.

Sácame de la red que me han tendido,

porque tú eres mi refugio.

Yo pongo mi vida en tus manos:

tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.

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