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¿Estamos muy cerca de la guerra en Ucrania?

Tactical training east of Ukraine border

Entrenamiento táctico de las fuerzas Rusas en Ucrania

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Salvador Aragonés - published on 25/01/22
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Rusia sigue enviando soldados y material de guerra cerca de la frontera, y hay quien dice que con tanto despliegue militar es muy difícil la vuelta atrás

¿Nos acercamos ante una guerra con la crisis de Ucrania? El presidente ruso, Vladimir Putin, no para de enviar soldados y material militar cerca de su larga frontera con Ucrania (2.300 kilómetros, más los de Bielorrusia, 900 kilómetros).

En efecto, Putin ya se anexionó Crimea, en un referéndum no reconocido internacionalmente, y Ucrania tiene prácticamente invadida por los rusos, la zona del Donbás, que comprende las provincias de Donetsk y Lugansk al este del país.

La crisis entre Rusia y Ucrania viene de lejos

Los ucranianos quieren vivir su tierra, pero Rusia quiere una Ucrania igual que está hoy Bielorrusia, es decir un país satélite. Claro que los rusos dicen: no queremos invadir Ucrania, ni colocar un gobierno títere, como el régimen de Petró Poroshenko (fue presidente de Ucrania, echado del país por las revueltas de Maidán). 

Actualmente hay una guerra en el Donbás, al este de Ucrania, entre rusos y ucranianos, con mercenarios pagados por Rusia en buena parte. Se calcula que ha causado unos 15.000 muertos según la ONU.

En estos días, las temperaturas máximas en la zona son de menos 5 grados centígrados, todo cubierto de hielo, y una mínima de menos 8 grados. 

La alarma vino cuando Rusia colocó en su frontera con Ucrania unos 100.000 hombres bien armados, con sus carros de combate, su aviación y sus carros blindados. El presidente de Ucrania, Volódymyr Zalensky, que había solicitado entrar en el bloque de defensa occidental, la NATO, liderada por los Estados Unidos. Pidió ayuda a Washington y a Europa, es decir a la NATO, al verse incapaz a todas luces de hacer frente a la gran potencia que es Rusia. 

La situación desde el pasado verano se ha hecho cada vez más tensa hasta estas Navidades cuando llegaron las cien mil unidades de tropas rusas. Estados Unidos, y de paso la Unión Europea –que prácticamente no tiene protagonismo de nuevo en un conflicto muy europeo, como lo fue en su día la guerra de los Balcanes (1991-2001) -- amenazó a Rusia de que las consecuencias de una invasión serían muy graves y costarían muchas vidas humanas: lo dijo el presidente Joe Biden. 

Conversaciones entre presidentes

Ha habido dos conversaciones telemáticas entre los presidentes Joe Biden y Vladimir Putin, en las que no se llegó a acuerdo alguno. Rusia puso una serie de condiciones para retirarse de la zona fronteriza con Ucrania.

Estas condiciones son: 1) que Ucrania no entrará en la NATO; 2) que todos los países de la antigua Unión Soviética no formaran parte de la NATO (ya los hay, como Bulgaria, Letonia, Estonia, Lituania, Hungría, Eslovaquia, Chequia, y también muchos países de la antigua Yugoslavia. Ha solicitado su ingreso formalmente, Georgia). En Otras palabras, que queden como zona de influencia rusa los antiguos estados miembros de la Unión Soviética. 

En los últimos tiempos he podido hablar con variadas personas de Ucrania, entre ellas un padre franciscano joven, Fray Jan Herhush, que me dijo lapidariamente: “En Ucrania solo queremos que el territorio sea nuestro”.

Hay, efectivamente, un fuerte y aguerrido nacionalismo en Ucrania. Sus ciudadanos no quieren volver a estar bajo la bota de los rusos, y ahora confían en las promesas de Washington. Sin embargo, ha causado desazón al ver que las embajadas de los Estados Unidos y de Gran Bretaña, evacúan a su personal de las embajadas.  

La tensión se respira más fuerte que el frío, aunque las puertas de la diplomacia siguen abiertas, después de la cumbre entre los jefes de la diplomacia de Washington y Moscú, Antony Blinken y Serguéi Lavrov, en Ginebra la pasada semana. Rusia exige una respuesta de Washington a las peticiones rusas, sobre que la NATO no entre en los estados ex soviéticos. Biden dijo que dará la respuesta esta semana. Si los Estados Unidos (Biden ha consultado con sus aliados europeos) se niega, a partir de ahí puede pasar de todo ¿Se llegará a una guerra? No lo sabemos. 

Las guerras nunca solucionan los problemas y causan muchas muertes, economías destruidas, mucho sufrimiento en las poblaciones… Ucrania ha sido un país que solo en el siglo XX ha sufrido un exterminio de los nazis. Los nazis, en el denominado “Holocausto de las balas”, asesinaron muchos miles de personas, en su inmensa mayoría judíos (33.771), pero también gitanos, prisioneros de guerra o resistentes, fusilados junto a barrancos, en fosas comunes excavadas a toda prisa, en bosques o en descampados cerca de los núcleos urbanos.

Y no se olvida la gran hambruna (el Holomodor) de 1932-33, que sufrió Ucrania, a causa de no querer los campesinos de Ucrania convertirse en proletarios del Estado por la obligada colectivización de sus tierras y sus ganados. El Holomodor causó entre 6 y 10 millones de ucranianos muertos… por culpa de Stalin.

Este año se conmemora el 90 aniversario del Holomodor. Desde entonces, los rusos nunca han sido bienvenidos a Ucrania, a pesar de hablar un idioma con alfabeto cirílico muy semejante. Ucrania había sido “el granero” de la Rusia Soviética por su gran producción de trigo, Pero la Rusia de Stalin lo exportaba porque no tenía dinero, dejando a su país sin trigo ni cebada. Y fue en Ucrania, también, donde estalló la central nuclear de Chernóbil.

La posible invasión de Rusia será duramente reprimida por la OTAN (Estados Unidos), que quieren desquitarse de la vergonzosa retirada de Afganistán. Sería una guerra muy dura, pues el terreno es llano, sin montañas. Este es el problema de Rusia: su seguridad, al no tener fronteras naturales con Europa. 

¿Qué problema tienen los ucranianos frente a Rusia?

El suministro del gas. Su dependencia energética de la empresa rusa Gazprom es casi total, aunque ahora construyen cuatro centrales nucleares. 

Otro factor de tensión es el gasoducto ruso Nord Stream II, que pasa por debajo del mar Báltico y llega casi hasta Alemania. Pero los alemanes no quieren depender de Rusia en su energía, pero Ángela Merkel decidió cerrar las centrales nucleares que tenía, a causa de la explosión de la central japonesa de Fukushima. 

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