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El café es el acompañante de desayunos, sobremesas, horas de estudio o trabajo de muchas personas. Ha llegado incluso a competir con el té en los países asiáticos, y últimamente está despertando más interés gracias a una telenovela colombiana llamada Café con aroma de mujer, de Netflix.
Se trata de una nueva versión de la clásica telenovela de 1994. Narra la historia de una chica recolectora de café que se enamora de uno de los hijos del dueño de la finca donde ella trabaja.
A pesar de que esta serie es una historia de amor romántico, se resalta el amor de distintas maneras como el que nos enseña Jesús: no solo hacia un hombre sino el amor a una madre, el amor por su tierra (Colombia), por el café, por su trabajo, por los campesinos y por el otro.
Además muestran el proceso del café y el valor del trabajo de los campesinos que lo siembran y lo cosechan, del que luego de cierto proceso recién llega a las tiendas y lo disfrutamos en nuestra casa.
También enseñan cómo se debe preparar el café para que conserve sus buenas propiedades y nutrientes y por supuesto no pierda su sabor y aroma característico.
Es importante saber cómo elegir un buen café ya que esto impacta en nuestra salud y estado nutricional, también cómo prepararlo en casa, y qué beneficios nos puede brindar.
Luego solo resta sentarse con su pocillo y disfrutar de la palabra de Dios o alguna reflexión para empezar el día con toda la energía.
Un café para agradecerle al papa Clemente VIII
Se dice que el café es una de las primeras comidas que le debemos a la Iglesia católica, que llegó alrededor del 1600 durante el pontificado del papa Clemente VIII.
Pero no fue todo muy fácil, uno de los problemas era que muchos católicos estaban acostumbrados a beber vino, por lo que pensaban que el café era una bebida anticristiana, “una amarga invención de Satanás”. El otro problema es que fue primero la bebida favorita de los musulmanes, y los cristianos habían estado en guerra con ellos por siglos.
Fue así que los consejeros le dijeron al pontífice que debía prohibir esta bebida a los católicos, pero el Papa primero quería probarla para decidir. Cuando probó una taza de café caliente le gustó tanto que dijo: Esta bebida del demonio es tan deliciosa que deberíamos engañar al diablo bautizándola, y así lo hizo, haciéndose luego una bebida muy popular en el mundo.
Puedes leer más sobre esta historia aquí:
El café es una bebida saludable si la elegimos bien
Años atrás se pensaba que tomar café era una práctica poco saludable, pero con el paso de los años varias revistas científicas han demostrado que es todo lo contrario.
Uno de los estudios es de 2018. Los científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) publicaron en la revista científica American Journal of Clinical Nutrition un estudio en el que muestra una mayor longevidad asociada al consumo de café.
Esto se debe a que el café contiene sustancias antioxidantes, antiinflamatorias y fitoquímicos. Estas propiedades varían según la variedad y el procesamiento del grano del café.
Los frutos de café son unas bayas de color rojo y los granos son las semillas de su interior. Los recolectores quitan la pulpa y secan sus semillas al sol obteniendo el café verde.
Luego esta semilla verde y casi sin aroma es sometida al proceso de tostado. Es ahí cuando sus propiedades se alteran hasta obtener un color más oscuro, y adquieren el aroma y sabor característico.
Hay dos tipos de proceso de tostado: el natural y el torrefacto que varían según la intensidad y el agregado de ingredientes.
Dependiendo de la intensidad del tueste tendrá un sabor y aroma más o menos fuerte y también variará su contenido de cafeína.
Pero, ¿cómo elegir el mejor café?
Hay cientos de tipos de café y formatos (molido, soluble, en cápsulas) pero dentro de los molidos encontramos, el 100 % arábica de tueste natural, el torrado y el mixto.
Café natural: su tostado se realiza con solo granos de café y a una intensidad media o baja.
Café torrado o torrefacto: se le agrega a los granos de café azúcar, por cada 100 kilos de café se añaden 15 kilos de azúcar y se somete a un tostado de alta intensidad.
Mixto: es una mezcla de natural y torrado.
Por lo tanto el recomendable es el natural, ya que el torrado y el mixto contiene azúcar y como son más amargos la mayoría de la gente prefiere agregarle azúcar o edulcorante.
En el mercado tenemos que elegir un café con el menor grado de tostado, que es el que tendrá mayor aporte nutricional. Si preferimos el de tueste natural necesitaremos nada o muy poco endulzante. En cambio, si optamos por el torrado, que es más amargo, probablemente se le agregue un poco más de azúcar o endulzante para paliar el amargor.
Por otro lado, lo ideal es llevar un café natural de grano entero. Lo podemos moler en casa o comprarlo en granos pero se lo muelen en el momento de llevarlo.
En el mercado también encontraremos el café soluble para el que no se necesita tener una cafetera en casa. Puede ser en sobre. Se puede encontrar alguno más saludable a pesar de que contiene menos cafeína que el natural, pero siempre son de menor calidad.
En el caso del café de cápsulas, es importante observar que tipo de café molido contiene en la etiqueta para elegir el mejor. Pero se debe tener en cuenta que por lo general su envoltorio no es amigable con el planeta.
Una forma sencilla de prepararlo en casa
No es necesario ser un barista profesional para preparar un rico café. Con un poco de cariño y con lo que tengamos en casa, ¡listo!
Con una cafetera, un colador de tela, o una cafetera italiana y estos tres pasos ya es suficiente.
Primer paso:
El agua debe ser pura, estar fría y fresca. Hervirla. La temperatura ideal es de 92º-96º Celsius.
Segundo paso:
Los utensilios deben utilizarse y lavarse regularmente.
Los filtros se deben cambiar cada 15 días y antes de usar unos nuevos hay que hervirlos con agua.
Tercer paso:
Lo ideal es prepararlo en el momento en que se va a tomar, ya que se deteriora si se guarda por más de 1 hora.
Utilizar una cucharada sopera por cada pocillo de agua.
Colocar el café molido en el colador y al hervir el agua verter uniformemente con movimientos circulares remojando todo el café.
