Santa Teresa de Jesús nos ha dejado una extensa obra mística que la ha convertido en una de las autoras más prolíficas del Siglo de Oro. Su piedad, su fe y su profundo amor a Dios lo transmitió a través de una pluma excepcional.
A través de sus hermosas palabras, la Doctora de la Iglesia nos habla de muchos aspectos de la vida religiosa. La Pasión de Cristo,uno de los momentos clave para todos los cristianos, fue para Santa Teresa objeto de inspiración de alguno de sus más hermosos textos. A través de ellos nos invita a la reflexión sobre la muerte de Jesús y el profundo significado de la Semana Santa.
En el Libro de la Vida nos habla de su conexión con el Cristo Crucificado:
"Acaecióme que, entrando un día en el oratorio, vi una imagen que habían traído allá a guardar, que se había buscado para cierta fiesta que se hacía en casa. Era de Cristo muy llagado y tan devota que, en mirándola, toda me turbó de verle tal, porque representaba bien lo que pasó por nosotros. Fue tanto lo que sentí de lo mal que había agradecido aquellas llagas, que el corazón me parece se me partía, y arrojéme hacia Él con grandísimo derramamiento de lágrimas, suplicándole me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle".
1Oración en el Huerto
Santa Teresa sintió en su corazón todos y cada uno de los momentos de duro tránsito de Jesús, empezando por los angustiosos instantes en el Huerto de los Olivos.
"En especial me hallaba muy bien en la oración del Huerto. Allí era mi acompañarle. Pensaba en aquel sudor y aflicción que allí había tenido, si podía. Deseaba limpiarle aquel tan penoso sudor. Mas acuérdome que jamás osaba determinarme a hacerlo, como se me representaban mis pecados tan graves. Estábame allí lo más que me dejaban mis pensamientos con Él, porque eran muchos los que me atormentaban. Muchos años, las más noches antes que me durmiese, cuando para dormir me encomendaba a Dios, siempre pensaba un poco en este paso de la oración del Huerto, aun desde que no era monja, porque me dijeron se ganaban muchos perdones. Y tengo para mí que por aquí ganó muy mucho mi alma, porque comencé a tener oración sin saber qué era, y ya la costumbre tan ordinaria me hacía no dejar esto, como el no dejar de santiguarme para dormir".
2Pasión de Cristo
La Pasión de Cristo debe ser para los cristianos ejemplo de sufrimiento, de resignación. Así nos lo explica en Camino de Perfección:
"Si estáis con trabajos o triste, miradle camino del huerto: ¡qué aflicción tan grande llevaba en su alma, pues con ser el mismo sufrimiento la dice y se queja de ella! O miradle atado a la columna, lleno de dolores, todas sus carnes hechas pedazos por lo mucho que os ama; tanto padecer, perseguido de unos, escupido de otros, negado de sus amigos, desamparado de ellos, sin nadie que vuelva por Él, helado de frío, puesto en tanta soledad, que el uno con el otro os podéis consolar. O miradle cargado con la cruz, que aun no le dejaban hartar de huelgo. Miraros ha Él con unos ojos tan hermosos y piadosos, llenos de lágrimas, y olvidará sus dolores por consolar los vuestros, solo porque os vayáis vos con Él a consolar y volváis la cabeza a mirarle".
3Resurrección
Tras la crucifixión, la Resurrección es el momento más sublime de la Semana Santa, el momento de la esperanza para toda la humanidad:
“Si estáis alegre, miradle resucitado; que solo imaginar cómo salió del sepulcro os alegrará. Mas ¡con qué claridad y con qué hermosura! ¡Con qué majestad, qué victorioso, qué alegre! Como quien tan bien salió de la batalla adonde ha ganado un tan gran reino, que todo le quiere para vos, y a sí con él. Pues ¿es mucho que a quien tanto os da volváis una vez los ojos a mirarle?”
Santa Teresa de Jesús nos inspira para sumergirnos en los momentos más trascendentales de la vida de Jesús y de la piedad cristiana. Nos enseña a acompañarlo en la cruz, en el dolor y en la redención.
Mirad lo que le costó a nuestro Esposo el amor que nos tuvo que, por librarnos de la muerte, la murió tan penosa como muerte de cruz"