Que vivimos con prisa y ya casi nunca cocinamos no es una sorpresa. El ritmo de la vida cotidiana nos condiciona y muchas veces comemos fuera de casa o algún precocinado que nos ahorra tiempo. Pero, ¿cómo está afectando a nuestra salud y a la del planeta? ¿Por qué deberíamos cambiar nuestro modo de alimentarnos?
¿Cuántas veces te has encontrado en la nevera alimentos estropeados o caducados? La falta de tiempo nos hace comprar sin cabeza y luego pasa lo que pasa.
Según la FAO, 690 millones de personas en el planeta sufren hambre mientras que tiramos toneladas de comida a la basura que contamina cada vez más nuestro mundo.
El alto consumo de ultraprocesados provoca que a la larga padezcamos enfermedades metabólicas como la diabetes, obesidad y algunos tipos de cáncer. Si lo piensas bien, vale la pena hacer un esfuerzo para poder vivir más y mejor.
Todos queremos eso, pero ¿cuál es el problema que nos encontramos a la hora de alimentarnos conscientemente? Muchos dirán el tiempo, pero no… es la organización.
Si con esto no te he convencido, aquí te doy cinco razones por las que vale la pena cambiar lo que comes y cómo lo comes.
1VIVIR CON MAS OPTIMISMO.
A veces, cuando nos sentimos estresados o tristes, nos consolamos con algún dulce. Parece que el azúcar nos compensa y, sin embargo, ¿sabías que el queso, las nueces o el pescado azul, así como algunas verduras, aumentan en nosotros el nivel de triptófano esencial para liberar la serotonina?
A la serotonina también se la conoce como la hormona de la felicidad, cuando suben los niveles en nuestro sistema nos produce bienestar, satisfacción, aumenta la autoestima y nos ayuda a concentrarnos.
Por tanto, elegir bien los alimentos puede ayudarnos a vivir con más alegría.
2SI TE ALIMENTAS MEJOR, REDUCES EL ESTRÉS.
Estrés, esa “enfermedad” que parece que sufrimos todos. Ciertos alimentos ayudan a reducir el cortisol, hormona del estrés y los encuentras en el súper… Alimentos tan sencillos y comunes como el ajo, perejil, legumbres, arándanos, huevos…
¿Quieres saber más?
3ALIMENTACIÓN Y SUEÑO.
¿Te cuesta dormir por las noches? Una buena alimentación puede ayudarte a combatir el insomnio.
Además de la sana costumbre de cenar pronto (dos horas antes de irte a la cama) y hacerlo siempre que se pueda a la misma hora, alimentos como los frutos secos, la manzanilla, los huevos, la leche y muchos más colaborarán a que tu calidad del sueño mejore.
4SI TE ALIMENTAS MEJOR ENFERMAS MENOS.
Una alimentación sana contribuye a mejorar tus defensas. Evitar los ultraprocesados, el azúcar y las harinas refinadas hará que tu sistema inmunitario mejore y te defienda de forma más eficiente de las agresiones externas.
Probióticos como el yogur (sin azúcar) y el kéfir, el pescado azul, las semillas de lino… están a alcance de tu mano y pueden mejorarte la vida.
5ALIMENTARTE MEJOR TAMBIÉN REALZA TU BELLEZA.
Las vitaminas ayudan a la formación de tejido, al sistema nervioso, al sistema hormonal… y no las encontrarás en los ultraprocesados.
La piel, el cabello y las uñas son los que más sufren con un tipo de alimentación de baja calidad.
¿Quieres verte mejor? Empieza por hacer una lista de la compra de forma más consciente. No metas en el carrito de la compra nada que no esté en tu lista. Los caprichos ocasionales acaban convirtiéndose en costumbre. El cuidado de la piel empieza en el interior.
Un último consejo que he dado al comienzo del artículo: la clave de la buena alimentación está en la organización.
La elaboración de un menú semanal, agendar el momento de hacer la compra (nunca vayas al súper en ayunas), o cocinar de un día para otro cuando sabes que no te dará tiempo son pequeños trucos que a la larga pueden suponer un cambio para mejor.
Es cierto que nos da muchísima pereza y que a veces consideramos que es imposible pero si “somos lo que comemos” empieza a ser hora de que tomemos las riendas de nuestra vida.
¿Por qué no empezamos a ponerle solución al problema? Puedes empezar ya.