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«Aquí san José enamora al que sea», cuenta con entusiasmo la madre Marissa de San José. Lo hizo al recordar que durante el año dedicado al padre de Jesús, en medio de la pandemia, no pasó un día en el que no tuvieran citas diarias con gente de todo el mundo.
«Fueron miles de devotos buscando consuelo y ayuda los que acudían a nuestra comunidad, y en broma le decíamos ¡vaya, cómo nos pusiste a trabajar, san José!», expresó.
La comunidad, que llegó hace 53 años a Colombia y hoy está integrada por diez religiosas, hace presencia en tres departamentos y su labor se extiende a varios apostolados: niñas desamparadas, adultos mayores, mujeres gestantes, colegios… y, por supuesto, la devoción al gran santo.
«Desde aquí se irradia una gran fe por san José y toda la espiritualidad en torno suyo, tanto que hermanas de otros países nos piden las coronas que hacemos. También atendemos mucha gente a nivel virtual, en una semana podemos tener atención a devotos de China, Alemania e Irlanda. Propiciamos los encuentro con san José, les mandamos la cinta y las oraciones a donde nos pidan, hace unos días se fueron unas a Suecia, por ejemplo», explicó la hermana Marissa a Aleteia.
Los hijos de san José
Como parte de esa espiritualidad josefina, se ha extendido con gran fuerza la devoción al «cordón de san José», un sacramental que recuerda la importancia de la oración y la fe para obtener grandes milagros. Es una cinta que se coloca alrededor de la cintura de las mujeres que desean tener hijos o de las embarazadas que piden por la salud del niño o niña que esperan.
«Una religiosa en 1656 usó un cordón cuando estaba muy enferma y se lo ató diciendo ‘hasta que él no me cure, no me lo quito’. Ella pedía con mucha fe, se fue curando y viendo el milagro. En nuestra espiritualidad la cinta no hace milagros, ayuda a que quien lo lleva y la familia haga una oración constante y se fortalezca la fe, lo que hace milagros es la fe», dijo a Aleteia la hermana Marissa.
La cinta tiene los colores que tradicionalmente se atribuyen a la bandera de san José y el tamaño del san José milagroso de la madre Petra, una imagen que tuvo un movimiento cuando la hoy beata le oraba por un milagro para el santuario, en medio de una de las varias persecuciones que ha padecido.
Fe en Dios
La cinta o lazo de San José no hace milagros, pero sí recuerda a las familias que no pueden tener hijos que hay que tener fe en Dios y les ayuda a ser más constantes en la oración para pedir por esa bendición.
Cuando una familia llega al santuario colombiano, en el departamento de Antioquia, las religiosas –dirigidas por la madre Aurora, superiora, tienen una entrevista con ellos para conocer su situación. Les explican la importancia de orar y perseverar en la fe y luego el esposo le pone la cinta a la mujer, pidiendo el don de la maternidad.
Actualmente hay ‘hijos de san José de la Montaña’ por toda Colombia y sus padres vuelven con ellos para dar testimonio de los milagros de Dios. Así se ve en los miles de mensajes que dejan y los que se encuentran en redes sociales:
«Les presento a un niño de San José de la Montaña, después de dos pérdidas nació mi hijo».
«Después de 5 años de intentar estar en embarazo… Muchos días de tristeza y desolación y así como enviada de Dios alguien habló en las redes del milagro de san José. Tuvimos cita con la hermanita, oramos, recibimos el lazo de la vida y después de 7 meses de nuestra oración estoy en embarazo».
«Gracias a san José que nos concedió una bebé sana y hermosa y un parto natural sin complicaciones».
«Quiero presentarles el regalo más preciado que me concedió mi padre amado san José de la Montaña. Un hombrecito bello que con mucha fe le pedí».
Otros mensajes en redes:
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Mensajes escritos
Esta devoción se complementa con la de quema de cartas, que nació a principios del siglo pasado cuando una mujer pidió permiso para dejar una carta a los pies del santo para pedir por su salud y días después volvió a dar gracias por su recuperación.
La sencilla acción fue imitada rápidamente y hoy, más de un siglo después, al santuario colombiano llegan miles de mensajes escritos para el santo desde los más lejanos países. Las cartas se depositan en un baúl y son quemadas en una ceremonia especial en honor al santo.
«Id a José con firme confianza»
Los santuarios de San José de la Montaña son lugares emblemáticos dedicados a honrar al padre de Jesús. El principal, el Real Santuario, está en Barcelona, y desde España la comunidad Madre de los Desamparados se extendió a muchas naciones.
La congregación fue fundada por la beata Petra de San José, y sus hijas espirituales recuerdan sus enseñanzas y las frases que les dan fortaleza y confianza para entregar todo al santo que intercede para que no les falte nada: «Ir a José con firme confianza» y «Ya todo está arreglado. No sé cómo, pero este bendito santo lo arreglará», repetía la madre Petra.
De esta forma, las sucesoras de la beata Petra de San José continúan multiplicando la devoción al padre de Jesús, patrono de los trabajadores, las familias y la vida interior, padre de la obediencia, la acogida y la ternura.