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Entre entrevistas que causaron mucho dolor y más acuerdos de libros que prometen revelar la verdad detrás de la ruptura, no parece haber muchas esperanzas de una reconciliación en el corto plazo. De hecho, apenas la semana pasada, el reputado biógrafo Tom Bower lanzó su libro "revelador", Revenge: Meghan, Harry and the War between the Windsors, que una vez más saca al aire los trapos sucios de la realeza para que todos los vean.
Si bien hay algunos que desean descubrir todos los intrincados detalles de los "Windsor en guerra", la situación realmente debería dejarnos con un sentimiento abrumador de tristeza.
Aireando los problemas en público
Tristeza en el sentido de que parece totalmente aceptable que los problemas de una familia se conviertan en un tema de chismes lascivos a nivel mundial, donde una gran cantidad de personas juzgan a personas que ni siquiera conocen. Y tristeza de que la cabeza de la familia real, la Reina, a los 96 años de edad, tenga que presenciar tal discordia en público, contrario a la privacidad que ella aprecia.
Mientras crecía, mi madre siempre decía “lo que pasa en la familia se queda en la familia”. Honestamente, no teníamos nada muy emocionante para compartir con el mundo. Pero si un hermano nos molestaba, se solucionaba en casa, a puerta cerrada.
¿Quién podría intervenir y de qué modo?
No estoy necesariamente de acuerdo con la política de silencio de mi madre, ya que a veces es importante hablar con personas que están más alejadas de una situación (de hecho, ahí es cuando tu párroco puede ser útil). Necesitamos amigos y, a veces, incluso profesionales que nos ayuden, como apoyo. Pero es vital conocer a tu audiencia cuando comparte información personal. ¿Quieren lo mejor para ti o se deleitan en tu miseria?
El Papa ha planteado el tema de los chismes en varias ocasiones y ha hablado de sus consecuencias dañinas. Asimismo, también ha hablado de las consecuencias de las redes sociales, que pueden ser un caldo de cultivo para las habladurías.
Aquí es donde debemos considerar nuestro comportamiento. Las redes sociales han brindado una plataforma fácil no solo para que las personas aireen sus trapos sucios, sino también para que otros los difundan, al mismo tiempo que invitan a completos extraños a hablar sobre una situación de la que no saben nada.
Para algunos, el proceso de ventilar las quejas puede ser catártico (aunque solo sea temporal). Pero cuando algo es de dominio público, es posible que haya que prepararse para cualquier consecuencia. Y lo que es más importante, debe pensar cómo podría afectar a sus seres queridos, ahora y en el futuro.
Si bien obviamente hay mucha ira y resentimiento que se ha acumulado entre el duque y la duquesa de Sussex y otros miembros de la familia real, podemos orar para que sean guiados por el camino de la reconciliación entre ellos.